Vecinos y entidades se agrupan para debatir “extraoficialmente” los Códigos Urbanístico y de Edificación

Hacen talleres y cuestionarios para mapear qué diseño urbano se quiere en cada barrio. Defendieron el “derecho al sol en la vivienda propia”, pidieron más espacios verdes y rechazaron que el futuro de la Ciudad esté basado en “intereses y negocios inmobiliarios”.

Como una forma de contraponer los argumentos aportados por la gestión porteña, se hizo el primer taller vecinal “Qué barrio queremos los vecinos”, donde se compilaron voces de ciudadanos para cuantificarlas en un mapa porteño ante la intención oficial de reformar a los Códigos Urbanístico y de Edificación.

El puntapié inicial de esta iniciativa, que impulsa el grupo de vecinos “Salvemos al Barrio”, se hizo el sábado pasado en el salón del Instituto Parroquial Nuestra Señora de la Unidad (Nueva York 2467). Se orientó para vecinos de Villa Pueyrredón (Comuna 12) y Agronomía (Comuna 15). Casi un centenar de ciudadanos debatió en torno a un cuestionario elaborado para la ocasión. Pura Ciudad estuvo presente cuando los vecinos se agruparon en torno a seis mesas e interactuaron para contestar qué tipo de construcciones querían en sus barrios, si casas altas, departamentos medianos o torres. También llamaban a analizar si creían que hay suficiente cantidad de escuelas, centros de salud, clubes barriales y espacios verdes en torno a sus hogares. La iniciativa se replicará en todos los barrios de la Capital Federal hasta el mes de septiembre y luego expondrán ante autoridades locales los resultados, adelantaron los organizadores.

Todos los grupos pidieron preservar las casas bajas. Solicitaron bajar la densidad poblacional, garantizar la circulación de aire entre viviendas, mantener escuelas primarias, espacios verdes de libre acceso (incluidos los que lindan con el paso de las vías, que son tan importantes en ambos barrios porteños). Instaron a que haya libre estacionamiento, se resguarden los clubes de barrio y hablaron del “derecho al sol en la vivienda propia”.

En cuanto a asuntos para cambiar, solicitaron aumentar número de escuelas secundarias y jardines. Pidieron mejorar las zonas de estacionamiento, el paisaje urbano, la seguridad vial, aparte de veredas y alumbrado. También instaron a que haya más centros asistenciales.

Previo a la confección de este cuestionario, hablaron varios referentes que organizaron la jornada. Disertaron los arquitectos Silvio Shachter, Rubén Kavanagh, Carlos Wilkinson y Manuel Ludueña. También se hicieron presentes los legisladores porteños Juan Francisco Nosiglia (SUMA+), Laura Marrone (Frente de Izquierda y de los Trabajadores) y Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico).

Wilkinson, quien participa en el Consejo Consultivo 13 (Belgrano, Colegiales y Núñez) y en el Movimiento Comunero, dijo que el Gobierno porteño quiso aprobar las reformas de los Códigos Urbanístico y de Edificaicón en marzo, pero “por un amparo presentado por vecinos” se convocó el 5 de junio al Foro Participativo Permanente, celebrado en la jefatura de Gobierno de Parque Patricios (Comuna 4). Allí vecinos, Consejos Consultivos y entidades zonales reprocharon que sus propuestas no iban a ser vinculantes. Ante la intención del Gobierno de aprobar la reforma es que nacieron estos talleres vecinales. “Se va a pelear contra los Códigos que nos quieren meter a la fuerza”, dijo Wilkinson.

Shachter dijo que estas reformas a ambos Códigos implican “más continuidad (del actual Código de Planeamiento Urbano) que novedades”. “Hay interés de un grupo que es el que hegemoniza y diseña la Ciudad (desarrolladores inmobiliarios y estudios de arquitectos, coincidieron todos los oradores) y determina características edilicias basadas en sus intereses y negocios a pesar de la voluntad de los habitantes porteños”.

“Si hoy se quiere discutir cada proyecto (ex Ciudad Deportiva Boca Juniors en Costanera Sur, Shopping de Caballito, etc.) por separado, habrá una reacción colectiva (como amparos o movilizaciones), pero si todos los proyectos aparecen metidos en el código farragoso de miles de páginas y lo aprueba la Legislatura porteña en una sola votación, van a hacer que pase desapercibido”, cerró.

Kavanagh evocó la lucha de los vecinos de Caballito (Comuna 6) contra la construcción de un shopping en tierras linderas al club Ferrocarril Oeste. “Hicimos los vecinos una propuesta de parque porque vimos que tener una propuesta era mejor que solo mostrar oposición”, añadió. Sobre el taller vecinal dijo: “Hoy queremos un proyecto alternativo a los Códigos que quiere imponer el Gobierno, una alternativa por el derecho a la Ciudad”.

Los legisladores también se refirieron a la situación de la reforma desde el punto de vista parlamentario. Camps habló con Pura Ciudad y contó que al crearse el interbloque Vamos Juntos (PRO, Coalición Cívica, Confianza Pública) el oficialismo se asegura la aprobación de los nuevos Códigos porque necesita 31 votos, cifra que alcanza con la nueva composición legislativa. Estimó que la visibilidad de este taller puede generar presión a la hora de hacer la votación.

Marrone dijo a los vecinos que en la Ciudad hay una “falsa democracia participativa” y destacó que la contrapropuesta del taller es lo que garantiza que se haga escuchar la voz de aquellos que piden que el Gobierno escuche su reclamo sobre cómo vivir en los barrios.

Fuente: Agenda Porteña

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