Vecinos que hacen frente a la inseguridad con cultura y encuentros comunitarios
En Plaza 1 de Mayo y sobre la calle Don Bosco en Almagro hay experiencias que se desarrollan hace varios años.
En esa misma esquina donde hoy hay guirnaldas entre postes, música en vivo y niños correteando con maquillaje y cotillón, cuatro años atrás había dos cadáveres tendidos en el suelo. Nada de robos, simple violencia desmedida, evoca la gente de la calle Don Bosco al 4100, en Almagro (Comuna 5). En vez de reforzar cerraduras, gastar el 911 a llamados o recluirse en el miedo, la comunidad de la cuadra decidió ocupar el espacio público con cultura y espíritu comunitario.
Así nació A jugar en la vereda, que desde 2014 se realiza tres veces por año. Es un festejo donde se corta la calle Don Bosco, entre 33 Orientales y Quintino Bocayuva. Durante toda la tarde, en general de domingo, hay talleres para chicos, conciertos de bandas o murgas, meriendas comunitarias.
Un mes antes de cada encuentro los vecinos se reúnen al menos una vez por semana para organizar la grilla de actividades y para recolectar donaciones pertinentes (comida, utensilios, cotillón). Espacio Crearte está en Don Bosco 4124, a mitad de cuadra. Allí cuatro años atrás se empezó a perfilar este encuentro comunitario. Leila allí da clases de teatro y forma parte de A jugar en la vereda. “Estábamos todos preocupados. Con la gente de Crearte nos preguntamos cómo dentro de la casa nos sentíamos tan libres y afuera había tanta violencia. No queríamos que quedara esa onda en la cuadra. Entonces dijimos de encontrarnos entre vecinos y vernos las caras. Teníamos que hacerlo para cosas buenas, no solo cuando pasaba algo malo”.
Desde entonces la convocatoria está latente y la respuesta es positiva. “Hay gente que a lo largo de estos años se hizo parte de la organización porque un día pasó y se quedó tomando mate”, destaca Leila y añade: “Cuando lo empezás a hacer te sentís de otra forma. Nos vamos conociendo en la cuadra, sabés que pase lo que pase le podés tocar la puerta a tu vecino”.
Este último domingo hubo una nueva edición con taller de maquillaje y construcción de instrumentos musicales para niños, un concierto de la murga Los Quitapenas y una merienda en plena calle.Artistas, docentes y vecinos del teatro El Archibrazo (Mario Bravo 441) implementan esta propuesta sobre la calle Valentín Gómez, también tres veces al año.
Varias cuadras hacia el sureste está la Plaza 1 de Mayo, que el 14 de abril cumplió 90 años. Ese día hubo una jornada cultural con la presencia de la colectividad española e italiana, también se hicieron recitales de folclore y tango y actividades. El Centro Cultural Alfonsina Storni (Programa Cultural en Barrios) estuvo con sus docentes proponiendo actividades lúdicas.
En el siglo XIX este terreno limitado por Pasco, Alsina e Hipólito Yrigoyen fue el segundo cementerio de disidentes de la Ciudad. Hoy es una periferia de la zona comercial Once (Comuna 3). Miles de cuerpos de alemanes y estadounidenses fueron alojados donde hoy hay canchas de fútbol y bochas, una calesita y un patio de juegos. A comienzos del siglo pasado la mayoría se trasladó al lado del Cementerio de la Chacarita (Comuna 15). Otros huesos, lápidas y reliquias permanecen bajo tierra al día de hoy.Si bien es uno de los pocos espacios verdes en la zona, era poco frecuentado o en horarios limitados. La inseguridad era la gran protagonista en la Plaza 1 de Mayo. A esto había que sumar falencias en el mobiliario (poco pasto, bancos rotos, mala iluminación). “La escuelita del drogón”, llegaron a decirle extraoficialmente en forma despectiva.
Desde hace al menos 13 años un grupo de vecinos de este pulmón verde decidió organizarse para perderle el miedo y ocupar este terreno público. Se organizan es comisiones según el uso que dan a la plaza: adultos mayores, cancha de bochas, murga, familias con hijos. Cada cual se compromete a utilizar el espacio público sin dañarlo y a limpiar en caso de que se haga una actividad especial.
Mantienen un diálogo fluido con autoridades de la Comuna 3 y del Gobierno porteño, participan en foros de seguridad. Lograron que se construya una cancha de bochas para los adultos mayores y están al tanto de las obras de rutina (cambio de césped, pintura, revoques).
Elena González, una de las integrantes de la actual comisión de vecinos, dijo durante los festejos del 14 de abril: “Cuando empezamos como comisión, hace 13 años, lo hicimos con la misma mentalidad de ahora: no mezclar la parte política, sino la identidad del barrio. Los políticos se van, pero quedamos los vecinos que usamos los espacios. Tenemos que resguardar la parte cultural, la identidad y más que nada que esté el espacio verde, que no sea cemento, por la calidad de vida de los vecinos”.“La identidad de la Plaza 1 de Mayo se basa en resguardar la familia. Cada vez que hacemos fiestas patrias, para mostrar presencia nuestra en el espacio público, para mostrar que no es un lugar abandonado, pedimos que venga el abuelo, los padres, los nietos. Todos unidos en el lugar común”, añade.
“Siempre cantamos, ponemos banderas, aunque seamos cuatro. Tenemos que ocupar el lugar y que haya vida y lazos en la plaza. La base es que estemos presentes todos, no excluir a nadie, generar la conciencia de que hay que portarse bien cuidando la plaza que es de todos”, concluyó.
Fuente: Agenda Porteña