Vecinos en alerta por el avance de la construcción de torres en Villa Roccatagliata
Se oponen a la creación de un complejo habitacional de categoría, con un edificio principal 28 pisos de altura, en una histórica finca del barrio de Coghlan, que duplicaría la altura permitida y, según temen, haría colapsar los servicios en la zona. Este miércoles habrá una asamblea vecinal en Avda. Balbín y Roosevelt.
Este miércoles a las 18.30 vecinos de las Comunas 12 y 13 se reunirán en la esquina de Avda. Balbín y Roosevelt, frente al Palacio Roccatagliata, donde avanza la construcción de un complejo habitacional que incluye una torre de 28 pisos.
El viernes último, en el marco de una reunión que el mandatario mantuvo con los vecinos de la zona, quienes se oponen al proyecto le plantearon sus inquietudes al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Desde el GCBA, que por lo pronto autorizó las obras, se comprometieron a interiorizarse sobre el reclamo y dar una respuesta.
En tanto, entre los planteos que se realizarán este miércoles se cuenta un pedido al juez Osvaldo Otheguy, del juzgado N 8, para que se expida a la brevedad sobre la medida cautela para frenar la obra, sita en Balbín 2603, pedida por el legislador Gustavo Vera. En su momento, otra presentación había llegado a la instancia máxima judicial de la ciudad de Buenos Aires, el Tribunal Superior de Justicia porteño (TSJ), que desestimó la denuncia porque en ese entonces la obra no había sido autorizada aún por el GCBA.
Sin embargo, hoy es una realidad que preocupa a los vecinos de la zona. “La gente empieza a preocuparse porque ya ve el cono de sombra que va a significar la presencia de este monstruo”, expresó Isabel D’Amico, integrante del espacio Carta por el Derecho a la Ciudad, en diálogo con Pura Ciudad.
D’Amico explica que el proyecto duplica la altura permitida y supera el FOT (Factor de ocupación del terreno) en un 42%. Además, no respeta el pulmón de manzana e incumple el art. 27 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, “por el alto impacto ambiental que tiene el proyecto”. En ese sentido, señaló que “Lo más grave es no ha habido obras de infraestructura cloacal o eléctrica; la zona va a colapsar, como pasa en Caballito”.
Por último, sostuvo que que “Hay que romper ciertos conceptos. Eso no es modernidad. Es en realidad violencia inmobiliaria, porque la arquitectura tiene que dialogar con los habitantes, tener en cuenta sus necesidades. Está bien, que hagan su negocio, pero dentro de un lenguaje razonable”, concluyó D’Amico.