Una de cada tres galletitas contiene grasas trans
Una de cada tres galletitas de las que comemos diariamente tiene un tipo de grasa altamente dañina para el corazón.
Un nuevo análisis de 225 tipos de galletitas dulces y saladas que se comercializan en el país revela que una de cada tres contiene un tipo de grasas altamente dañinas para el corazón.
“El uso de grasas trans en la elaboración de los alimentos es una preocupación mundial, ya que su consumo aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y produce grandes gastos para los sistemas de salud”, explicó Lorena Allemandi, investigadora de la Federación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina, que realizó el estudio sobre 878 alimentos manufacturados con aceites vegetales hidrogenados, que son, por definición, la principal fuente alimenticia de ácidos grasos trans. Su uso aumenta el período de conservación o la solidez de los alimentos, entre otras ventajas para la industria.
Durante 2013 y hasta febrero pasado, el equipo de FIC Argentina reunió información de 12 grupos de alimentos en dos cadenas de supermercados del país. Además del aporte nutricional de los 225 tipos de galletitas de 39 marcas, las investigadoras revisaron el contenido nutricional de las pascualinas, las margarinas, las tostadas, las barras de cereal, los cereales para desayuno, los productos de panadería, las pastas, las tapas de empanada, las sopas, las pizzas, los alimentos precocidos, los alfajores y los baños de repostería, entre otros productos.
“Nuestra investigación demuestra que una buena parte de los alimentos consumidos por los argentinos, en especial los chicos, todavía contienen grasas trans”, agregó Allemandi en un comunicado difundido ayer.
Es que el relevamiento demuestra que una de cada tres galletitas dulces y saladas contiene estas grasas que la Declaración de Río de Janeiro “América libre de grasas trans” de 2008 recomendó sustituir. El 68% de las versiones dulces rellenas tenían grasas trans en su composición, seguidas de los productos tipo bizcochos (62%), las galletitas dulces secas (24%), las tipo crackers o de agua (10%) y las galletas de arroz (5%), que suelen ser parte de las cuatro comidas diarias y cuando aparece algún antojo.
Y eso que las galletitas fueron la quinta categoría con mayor cantidad de productos con grasas trans. Las otras cuatro que la superaron fueron los baños de repostería, los alfajores, los productos de panadería y los chocolates en polvo. “Para garantizar la efectiva implementación de la modificación del Código Alimentario (de 2010, que restringe el contenido de grasas trans en los alimentos industrializados), es necesario que la industria alimentaria adapte sus procesos de producción para diciembre próximo -dijo Allemandi-. Esta política de salud pública es clave para prevenir discapacidades y muertes por enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida de la población.”
En el estudio participaron también la doctora Verónica Schoj, Victoria Tiscornia, Alejandra Clemente, Luciana Castronuovo, de FIC Argentina, y Norma Samman, de la Universidad de Jujuy..