Un decreto nacional permite importar basura
Es una modificación a una ley de los años 90. Desde la CTEP señalan: “Vamos a gastar las pocas divisas que nos quedan para que algunos socios del Gobierno puedan importar alegremente la basura del primer mundo”.
El Gobierno nacional publicó el Decreto 591-2019 que permite importar basura. En concreto, se habilita traer al país “desechos de papel y cartón, la chatarra ferrosa, la chatarra de aluminio, los desechos de material plástico y el cascote de vidrio, entre otros”.
En la actualidad, se depositan por día 17 toneladas de basura en la CEAMSE de residuos provenientes de la Ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense. En la CABA hay iniciativas de recuperación de residuos como las plantas de procesamiento de residuos sólidos urbanos recuperados en Villa Soldati (Comuna 8), Barracas (Comuna 4) y la que abrirá antes de fin de año en Saavedra (Comuna 12).
El Gobierno nacional propone una modificación a la Ley de Residuos Peligrosos sancionada en el gobierno de Carlos Menem (Ley N° 24.051). “Con la reforma constitucional de 1994, se incorporó en el último párrafo del artículo 41 la prohibición de ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos”, exponen los considerandos del Decreto.
“En este marco normativo actual, resulta necesario reformular el alcance del Decreto No 181/92 y modificar los artículos que se encuentren desactualizados, adecuándose asimismo en lo pertinente el referido Decreto N° 831/93. Que, en este sentido, el Anexo integrante del Decreto No 181/92 deviene innecesario, por cuanto existe normativa específica sobre la identificación de residuos peligrosos. Por otra parte, en cuanto a la excepción establecida por el artículo 2° del decreto sobre importación de residuos y la necesidad de presentar un certificado de inocuidad sanitario y ambiental expedido en origen por autoridad competente y ratificado por la autoridad nacional ambiental al que hace mención, de acuerdo a la experiencia recogida por el organismo ambiental con competencia en la materia, en la práctica resulta de imposible cumplimiento, por cuanto los países exportadores únicamente emiten constancias indicando que en el marco regulatorio local, la corriente residual no es considerada un residuo peligroso”, dicen fuentes oficiales.
“De acuerdo al criterio sostenido por las áreas competentes resulta necesario mantener la prohibición de importación de todo tipo de residuos, deviniendo innecesaria la presentación de un certificado de origen que acredite la no peligrosidad de los mismos y solo permitir la importación de mercaderías obtenidas a partir de la valorización de residuos y que ingresen a nuestro país, como insumos, materias o productos, que cumplan las condiciones técnicas para ser considerados como tales”, señalan.
“De acuerdo al criterio sostenido por las áreas competentes resulta necesario mantener la prohibición de importación de todo tipo de residuos, deviniendo innecesaria la presentación de un certificado de origen que acredite la no peligrosidad de los mismos y solo permitir la importación de mercaderías obtenidas a partir de la valorización de residuos y que ingresen a nuestro país, como insumos, materias o productos, que cumplan las condiciones técnicas para ser considerados como tales. Dado los avances en la materia, aquellos residuos que han pasado por operaciones adecuadas y suficientes de tratamiento, incluyendo la segregación, acopio y/o acondicionamiento para fines específicos, según los criterios técnicos, dejan de ser considerados como tales y actualmente son destinados a un proceso productivo e incluso son comercializados como insumos, materias primas o productos, tales como los desechos de papel y cartón, la chatarra ferrosa, la chatarra de aluminio, los desechos de material plástico y el cascote de vidrio, entre otros”.
“A nivel mundial se ha avanzado hacia el concepto de la valorización de los residuos por lo que resulta necesario regular el ingreso al país de sustancias u objetos obtenidos de esta manera. Por lo expuesto, corresponde proceder a la modificación del Decreto N° 181/92, adecuando la normativa correspondiente, y facultar a las autoridades competentes a establecer los procedimientos que resulten más convenientes para garantizar los movimientos transfronterizos en condiciones ambientalmente sustentables, atendiendo a la prohibición constitucional de importación de residuos peligrosos”, concluye la fundamentación.
El decreto se empezó a debatir en la opinión pública mediante una nota de opinión de Juan Grabois, referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP): “Firmar el decreto 591 es como tirar otro bidón de nafta en el fuego que amenaza con incendiar la Argentina”.
Agrega: “Estuve varias horas intentando comprender qué se le habrá pasado por la cabeza Mauricio Macri, Marcos Peña y Dante Sica la semana pasada cuando, en medio de la crisis socioeconómica más grave desde 2001 tomaron una lapicera y firmaron el decreto 591/19. ¿Se les habrá escapado la tortuga en el vasto océano de su incompetencia, estarán pergeñando algún negociado o en verdad son tan despiadados como para hacer una cosa así en este momento? Lo cierto es que, mientras el pueblo hambreado busca en las sobras de quienes todavía pueden consumir algo la dignidad del trabajo, la gerencia macrista facilita la importación de residuos afirmando que “resulta innecesario un certificado de origen que acredite la no peligrosidad de los mismos”. Así, como leés. Vamos a gastar las pocas divisas que nos quedan para que algunos socios del Gobierno puedan importar alegremente la basura del primer mundo. Tal vez estén buscando que Standard & Poor’s ascienda a la Argentina de categoría “patio trasero” a la de “basural clandestino”. Me pregunto si cuando Miguel Ángel Pichetto reclamaba menos cartoneros y más mercado libre promovía este ingenioso emprendimiento de importar sin restricciones residuos que ningún país medianamente civilizado aceptaría ni regalados. ¿Se puede ser tan “basura” o son simplemente estúpidos? Tal vez la mejor teoría la haya aportado ayer Cristina Fernández en La Plata: acceden a todo lo que le piden sus amigos empresarios sin el más mínimo criterio de responsabilidad política, social, económica o ambiental”.
“Tal vez crean que cuando los fabricantes de papel, plástico y cartón reemplacen por basura Made in USA los residuos sólidos urbanos que recuperan los trabajadores cartoneros llegará algún inversor benéfico a montar un emprendimiento de e-commerce para las decenas de miles de familias despojadas de sus fuentes de trabajo. Tal vez crean que los trabajadores van a quedarse en la villa de brazos cruzados sobreviviendo con un miserable plan social y un bolsón de mercadería berreta que además viene sin leche. Porque, para colmo, el Gobierno no entrega leche a miles de comedores y merenderos comunitarios desde las elecciones. ¿No me creen? Pregúntenle a las iglesias y ONGs que están sufriendo el mismo desabastecimiento que las organizaciones sociales. ¿Estarán acaso castigando a la gente por no votarlos? Cuando preguntás en las oficinas de Desarrollo Social qué está pasando, te dicen que los proveedores se borraron y que el procedimiento administrativo tarde mucho. El Presidente tiene tiempo para firmar la importación de basura pero no la emergencia alimentaria. No entienden el drama que atravesamos y están creando la más grave de las inseguridades. Les está robando el pan a los pibes”.