Un colegio de Liniers apartó a un cura por denuncias de abuso hacia un alumno
El religioso es chileno y en su país de origen ya tiene antecedentes.
Ante la denuncia de un alumno sobre presuntos abusos, un cura chileno llamado Nelson Pérez Jerez fue apartado de su cargo en el Instituto San José, colegio parroquial de Murguiondo y Emilio Castro, en Liniers (Comuna 9).
Luego de un careo de Pérez Jerez con el padre de la víctima, la denuncia fue radicada en el Juzgado N° 63 a cargo de la fiscalía N° 1.
La víctima dijo, en consonancia con varios testigos, que el religioso lo acosó en estado de ebriedad. El hecho ocurrió el sábado 13 de julio en la cocina del establecimiento. Varios chicos hacían empanadas en el marco de una campaña solidaria. Pérez Jerez, denuncian, manoseó en reiteradas oportunidades al denunciante, frente al resto de sus compañeros y de otro párroco allí presente.
La víctima, de 18 años, cuenta sobre ese sábado: “Nos recibió el sacerdote Arul y cocinamos hasta altas horas de la noche. Por cuestiones de tiempo no alcanzamos a hacer las 500 empanadas y Arul accedió a que siguiéramos cocinando. Luego de las 12 de la noche, Nelson Jerez bajó de su habitación en un estado alcohólico bastante intenso y comenzó a hacer chistes a los chicos del grupo, de los cuales 3 eran chicas mayores, un chico mayor, 6 chicos menores y yo. A las chicas les dijo en ‘broma’ que iban al Grupo Misionero para estar conmigo y verme porque soy un pibe lindo”.
“Después toqueteaba a los chicos (el pelo, los hombros) y constantemente se acercaba a mí y me hablaba”, relató el chico a Crónica. “Riéndose se acercó y me agarró fuertemente del culo. Mis compañeros del grupo lo vieron y se acercaron, pero en el medio de esa situación, volvió a pasar y me agarró nuevamente el culo… Yo estaba muy nervioso y me quería ir, porque me sentía muy mal, pero no podía porque estaba con los chicos y necesitábamos terminar de cocinar”.
Frente al episodio trascendió que Pérez Jerez tiene antecedentes en su país de origen, relacionados a abusos sexuales y a la falsificación de certificados de defunción de menores con discapacidad.
La familia del chico apunta a los directivos del Instituto como cómplices de encubrimiento, a lo que desde el establecimiento contestaron con un comunicado: “En forma inmediata las autoridades de la congregación y del colegio decidieron separar al sacerdote de toda responsabilidad y tarea, hasta tanto el tema sea debidamente aclarado”.