Secta de Villa Crespo: la fiscalía y la PROTEX pidieron al juez que procese con prisión preventiva a los 20 imputados

Están acusados de los delitos de reducción a la servidumbre, trata de personas, lavado de activos, ejercicio ilegal de la medicina y asociación ilícita.

La Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4, a cargo de Carlos Stornelli, y la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), a cargo de Alejandra Mángano y Marcelo Colombo, solicitaron al juez federal Ariel Lijo que dicte los procesamientos con prisión preventiva de 20 personas acusadas de integrar una organización criminal internacional que funcionó bajo la fachada de “Escuela de Yoga Buenos Aires” (EYBA), con sede en el barrio de Villa Crespo (Comuna 15), al menos desde 2004 y hasta el 12 de agosto pasado, cuando su actividad fue desbaratada con 48 allanamientos.

Los imputados están acusados de los delitos de reducción a la servidumbre, trata de personas, lavado de activos, ejercicio ilegal de la medicina y asociación ilícita.

“La banda se dedicaba a captar personas mediante engaños, aprovechando su situación de vulnerabilidad, para incorporarlas a la organización con el fin de reducirlas a una situación de servidumbre y/o explotación sexual, construir un culto alrededor de su líder y promover una estructura ilegal de negocios en Argentina y Estados Unidos, que permitiera otorgar apariencia lícita a los fondos obtenidos como producto de sus actividades, con el único fin de enriquecerse y obtener influencias y/o coberturas para sus líderes. El beneficio económico era administrado por la misma organización mediante la compra de bienes inmuebles y automóviles, tanto dentro del país como en Estados Unidos, para lo cual trasladaba dinero en efectivo entre ambos países”, explica el sitio oficial del Ministerio Público Fiscal de la Nación.

Según testimonios, la organización contaba con la clínica denominada “CMI Abasto” (Guardia Vieja 4072), donde se realizaban las denominadas “curas de sueño”: “Allí, según los elementos recabados, se administraban medicamentos para dormir a las personas durante varios días y se las despertaba solamente para comer, pues el objetivo declamado era que “descansaran” correctamente. Sin embargo, de acuerdo con el MPF, las “curas de sueño” eran utilizadas por los miembros de la banda para disciplinar y aleccionar a los alumnos”.

“La organización contaría con un patrimonio de, al menos, 35 millones de dólares, con cuentas radicadas en Estados Unidos. Las víctimas, que podrían ser más de un centenar, se encontraban repartidas entre las diversas sedes ubicadas principalmente en las ciudades de Buenos Aires, Las Vegas, Chicago y Nueva York”, se agrega.

Según la pesquisa, una de las principales fuentes de financiamiento de la organización era “la explotación sexual de algunas de sus “alumnas””: “La práctica sexual era una herramienta para conseguir los objetivos económicos pretendidos por el jefe de la secta y demás líderes, lo cual era transmitido a sus miembros como una forma de “sanación”. En ese contexto, cuanto más dinero y regalos conseguían como producto de esos encuentros y relaciones con personas de poder ajenas a la organización, más información se les suministraba dentro de la “Escuela” para poder “evolucionar” y subir de rango”.

Además, la organización habría conformado “una estructura financiera para el blanqueo de activos, como también para el desarrollo de negocios que brindaran mayores ganancias”: “Tal es así que contaba con al menos dos inmobiliarias que eran utilizadas para realizar inversiones vinculadas a bienes inmuebles en Argentina. Además, contaban con una empresa llamada “B.A. Group” con la cual se estima que dotaban de apariencia lícita a los fondos obtenidos como producto de las actividades de la organización”.

También en el MPF se afirma que la organización contaría “con un estudio jurídico que brindaba asesoramiento legal e impositivo para procurar que las operaciones de la organización no fueran detectadas por los organismos estatales de control y lograr el blanqueo de fondos ilícitos”.

“Parte del dinero generado por la organización habría sido invertido en la compra de bienes inmuebles en Estados Unidos. Para adquirirlos habrían contado con el asesoramiento de los miembros de la organización que allí residían, quienes habrían utilizado sociedades y fundaciones constituidas en ese país para llevar a cabo las operaciones”, suman en la acusación.

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