Santilli respondió a Horacio González, quien había criticado la gestión del PRO
Estimado Horacio:
Leí tu extensa columna en Página/12 que se llama “Metrópolis”. Para no aburrir a quienes lean esto, solo incluiré algunas pocas frases tuyas para justificar mis respuestas. Al parecer, se entiende en tu columna que llegaste a Retiro de manera simbólica y fuiste sorprendido por la Villa 31.
Decís “llegamos por ómnibus a la terminal de Retiro. El itinerario inmediato ofrece a la vista una suma de precariedades existenciales”, como si nunca la hubieses visto en la última década.
Horacio, paseás poco o ves mal.
Te cuento que la Villa está ahí desde 1932 y, entre otras medidas, nuestro gobierno realizó un censo en 2009 que pudo estimar su población exacta. No lo sabías, pero en la Villa viven 7.950 familias y 26.403 personas. Nosotros sí sabemos de esa precariedad existencial y trabajamos con ellos todos los días. Nuestra política fue siempre de diálogo con los vecinos de la Villa: trabajamos en obras de infraestructura, abrimos calles y veredas, las iluminamos, construimos cloacas y pluviales, aumentamos su seguridad, su salud, el apoyo escolar.
Decís después: “Luego el caminante o el automovilista puede explorar con su mirada absorta la destrucción del viejo paseo público, la Avenida 9 de Julio, en nombre de un pensamiento mecánico, más apropiado a la vieja película Metrópolis que al habitar aceptable”.
La verdad es que me hacés reír con tus imágenes de “Metrópolis”.
Lo que llamás “destrucción” es el proceso de construcción del Metrobús, la obra más importante que se realizó en las últimas décadas en Buenos Aires para unir los dos extremos de una avenida inaugurada en 1937, cuando el parque automotor de la ciudad de Buenos Aires era de menos de 50.000 automóviles, mientras que hoy cada día se mueven más de 1.800.000.
Metrobús no busca ser un “transbordador fabril” como decís, sino una vía para que la gente viaje más cómoda y más rápido de una punta a la otra. Puede parecerte una tontería, pero la mayoría de los argentinos que trabajan en esta ciudad invierten casi un mes de sus vidas cada año solamente en desplazarse a sus empleos. Por eso, con cada cosa que hagamos para que los traslados duren menos o sean más confortables, mejoramos de verdad la vida real de las personas reales.
Horacio, cuando leí lo que sigue no lo podía creer.
Te burlas de las bicisendas, decís “cuestan ser aceptadas sin que dejen de ser una futura buena idea”. Insisto, paseás poco o ves mal. Desde que las bicisendas fueron inauguradas, se produjo el boom ciclístico más grande de la historia de la Ciudad. Nunca hubo tantas bicicletas en Buenos Aires, tanta gente yendo a trabajar, a estudiar y a pasear en bici.
Por otro lado, se nota que no viajás en subte, o no dirías que “cambiar los viejos vagones del subte A fue un canje desfavorable entre historia y confort”.
Esos viejos vagones que tanto añorás eran ineficaces y potencialmente peligrosos. En un país que ha sufrido recientemente graves tragedias ferroviarias, tu nostalgia me irrita. Me gustaría un día cualquiera tomar el subte con vos y que le preguntemos a las personas que viajan todos los días si este subte limpio y rápido es más o menos humano que el otro de madera que evocás.
Al final afirmás lo que para mí es más grave, decís que la Ciudad está sin gobierno, que introdujo “los carriles de la barbarie circulatoria”, y que una ciudad sin un pensamiento no es una ciudad.
La ciudad de Buenos Aires no solo tiene un gobierno pujante, y uno de los mejores equipos técnicos que haya reunido alguna gestión, sino que tiene una visión muy clara de cómo son las ciudades inteligentes, orientadas al transporte público terrestre y subterráneo, a la protección de los espacios verdes, las bicicletas y al desplazamiento peatonal. Queremos una vida mejor para los vecinos de Buenos Aires, y eso incluye viajar mejor, y para lograrlo hay que hacer obras cuyo desarrollo es incómodo.
Horacio, este intercambio es una oportunidad para conocer nuestro punto de vista. Entiendo que hablás honestamente como lo hago yo. Por eso quiero invitarte pronto a dar un paseo en el Metrobús desde Constitución a Retiro y aprovechar la oportunidad para charlar en persona, ver la Ciudad desde estos nuevos carriles, escuchar tus reflexiones, tus reparos, escuchar también lo qué digan los pasajeros, los choferes de los colectivos, los automovilistas, los peatones…
Dicen que hablando la gente se entiende. Tal vez podamos trabajar juntos para hacer una Ciudad mejor.
Saludos cordiales.
Diego.
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Metrópolis, por Horacio González.
[http://bit.ly/13MmutB]
Censo de Hogares y Población. Villas 31 y 31 bis.
[http://bit.ly/12BHlK2]