Ricardo Sidicaro: “No existe ninguna esencia argentina de divisiones”
El prestigioso sociólogo Ricardo Sidicaro* habló con Pura Ciudad analiza lo ocurrido en los últimos tiempos a nivel político. Con respuestas cortas y contundentes, afirma que el 18F “apuntó tanto al gobierno como a las oposiciones”, al tiempo que descree de las “divisiones”. Además afirma que “el mayor logro de los años kirchneristas fue incorporar la palabra posmoderna “relato”
– ¿Cómo vio usted la marcha del 18F? ¿Le sorprendió la convocatoria?
RS: Creo que no fue importante por la referencia al fiscal Nisman sino como toma de posición sobre las cuestiones relacionadas con el mal funcionamiento de las más diversas instituciones, que en un sector amplio de la sociedad reavivaron temores e indignaciones que llevaron a muchos a expresarse en la calle pero, y esto es lo más significativo, lo sorprendente es la manera en que se dividieron las opiniones sobre un tema que en general preocupa a pocos. .
– ¿Considera que la crítica a la gestión de CFK terminó siendo más importante que el homenaje a Nisman?
RS: Pienso que la movilización apuntó tanto al gobierno como a las oposiciones ya que fue un reclamo de reconstrucción de instituciones.
– Hubo quienes destacaron que hubo mayoría de gente grande y de clase más “acomodada”. ¿Le parece relevante esto?
RS: El pedido de un país normal es hoy una demanda de integrantes de todos los sectores sociales. La población de la Ciudad de Buenos Aires está compuesta en un alto porcentaje de “gente grande” y “de clase acomodada”, que viven más cerca del lugar de la convocatoria y tienen más familiaridad con los lenguajes jurídicos, y que están más disponibles para reaccionar ante los hechos del mes.
– ¿Cree que el 18F fue un punto de inflexión en el último año de gobierno kirchnerista? ¿Podrá plasmarse en las urnas?
RS: La heterogeneidad de la población nacional es tal que para buena parte de los electores que sufren desde hace mucho tiempo las injusticias económicas y sociales, no sienten seguramente que el déficit de justicia sea algo trascendente e influya sobre su voto.
– Al día de hoy, ¿cree que el gobierno de CFK estableció un “Estado peronista”? (en el eventual caso que se pueda utilizar dicho término)
RS: El peronismo es algo que pertenece al pasado y después de Menem nadie puede decir como antes de los 90 qué es ser peronista.
– ¿Considera que CFK es “líder sin partido político”?
RS: El peronismo clásico se reconocía como un “movimiento” y rechazaba la idea de partido que sólo empleaba como “agencia electoral”. El “culto a la personalidad” con Perón fue primero un efecto de una sociedad movilizada y luego de su derrocamiento se convirtió en recuerdos familiares y sindicales. En 1973 ya no había más culto a la personalidad y las facciones que se decían peronistas sólo libraron una guerra sucesoria que daba por descontado que ya no había Perón. El fetichismo de la política de cualquier partido se reconoce en la fantasía que supone que el tiempo no desvanece en el aire todo lo que existe.
– Tras estos doce años, ¿podría considerarse al kirchnerismo una nueva forma de “peronismo”? ¿Un “cuarto peronismo”?
RS. En uno de sus más célebres discursos de despedida, en 1974 Perón les recordó a sus dirigentes que lo único que vence al tiempo es la organización e institucionalización de las entidades políticas, cuarenta años después las divisiones son la muestra que no hay más peronismo y que sólo quedan quienes disputan por la “marca” y que la “cosa” ya fue…
– ¿Se podría decir que la ciudad de Buenos Aires, nunca va a votar al peronismo? O inclusive que es “antiperonista”?
RS: Una parte significativa del electorado porteño vota contra la distribución de ingresos y por eso acompaño a Menem sin importarle su historia.
– Se habla de “la grieta” y las “divisiones” pero ¿Éstas no son propias de la conformación del país, desde la época de unitarios y federales? ¿Cree que hay tanta división como se dice, más que en otros momentos de la historia?
RS: No existe ninguna esencia argentina de divisiones. Eso es un invento de los relatos interesados. Los caudillos del siglo XIX revistieron con ideologías cambiantes su interés por alcanzar los beneficios materiales y simbólicos derivados de la ocupación de puestos de poder. Max Weber y Karl Marx coincidían en expresar sus fundadas dudas sobre la sinceridad de los partidos de España y de Hispanoamérica. Sobre los partidos españoles Weber sostuvo, en su célebre conferencia La política como profesión, que simulaban periódicamente elecciones a los efectos de repartir cargos públicos entre sus séquitos; y en cuanto a “los territorios que fueron colonias españolas se trata siempre, tanto en las llamadas `elecciones` como en las llamadas `revoluciones`, del acceso al pesebre del Estado, en el que los vencedores desean nutrirse”. Esas opiniones no distaban mucho de los juicios de Marx sobre Bolívar o de sus textos acerca de España de mediados del siglo XIX donde veía a los progresistas de Espartero como preocupados sobre todo de repartirse “el botín consistente en puestos de dirección, empleos públicos, sueldos, títulos y condecoraciones”. Con las ideas de Eric Hobsbawm se puede decir que los historiadores liberales al igual que los nacionalistas inventaron las tradiciones del siglo XIX para sentarse en los sillones de las Academias y que en buena medida luego los sociólogos inventaron las tradiciones peronistas para tener de que hablar.
– ¿Destacaría algún logro del mandato de CFK?
RS: En términos políticos, el mayor logro de los años kirchneristas fue incorporar la palabra posmoderna “relato” que cuestiona o deja en suspenso la referencia a toda realidad realmente existente. Esa es una verdadera contribución al avance de la conciencia pública.
*Investigador del CONICET, profesor de la Universidad de Buenos Aires en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Universidad Nacional del Litoral en la Facultad de Humanidades y Ciencias. Su obra analiza las transformaciones sociopolíticas argentinas y latinoamericanas, en particular las vinculadas alperonismo. Fue coordinador general de la revista Sociedad de la Facultad de Ciencias Sociales y dirige actualmente la serie Estudios Durkheimnianos que se edita en España. Colabora habitualmente en el diario Página/12. Fuente: Wikipedia.