Retiro: vecinos denuncian problemas edilicios en las viviendas del Sector YPF del Barrio 31

Los principales problemas son las filtraciones de agua en los techos, filtraciones en las paredes, mal funcionamiento de luces y enchufes, según concluye un estudio hecho por el Observatorio del Derecho a la Ciudad y otras entidades civiles.

Vecinos del Barrio 31 de Retiro (Comuna 1) denuncian que hay falencias edilicias en varios departamentos de las viviendas construidas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el Sector YPF, en el marco del proceso de integración socio urbana.

Los principales problemas son las filtraciones de agua en los techos (73,8% de los hogares encuestados), filtraciones en las paredes (69%), superficies rugosas y desparejas en los pisos (88,4%), herrajes en mal estado (73,3%), aislación térmica (57,1%) y acústica (81,4%) percibida como mala, mal funcionamiento de luces y enchufes (76,7%) y la insuficiente provisión de agua fría como caliente (81,4%).

También se revelaron deficiencias en los servicios de agua y electricidad en los espacios comunes (pasillos y escaleras), provistos por paneles solares. Ante estas situaciones, el 93,3% de los hogares realizaron reclamos ante la secretaría responsable, de los cuales el 95,6% no recibió solución. Muchos reclamos fueron iniciados desde el momento mismo de la entrega de las viviendas.

Se analizaron 45 hogares en 19 de los 26 edificios, informaron los autores del estudio: La Defensoría de Laburales, Clic, YPYPP y el Observatorio del Derecho a la Ciudad. Participaron en su confección las arquitectas Marta Stolkiner y Liana Battino, la licenciada en ciencias políticas Zoe Durruty, el abogado Jonatan Baldiviezo, la ingeniera María Eva Koutsovitis y Myriam Godoy Arroyo.

Los autores del estudio señalan que la mala calidad de las viviendas promueven la expulsión de vecinos: “Se plantea la hipótesis de que en el contexto de vulnerabilidad que implica la relocalización de vecines del Barrio 31 a las Viviendas Nuevas, la regularización dominial, acompañada por edificaciones que no garantizan la habitabilidad de las viviendas podría actuar como rápido incentivo a los habitantes para ceder sus derechos de propiedad. De esta manera, el proceso de reurbanización funcionaría más bien como método expulsivo, liberando el barrio al mercado inmobiliario formal y desatando un proceso de gentrificación”.

“La persistencia de los defectos constructivos señalados puede ser causa de daños mayores en los componentes y en la totalidad de los edificios, poniendo en juego su durabilidad. Preocupa la seguridad y las consecuencias de vivir en ambientes insalubres. Resulta necesario evaluar las consecuencias psicológicas de un proceso de relocalización no siempre consensuado. El GCBA debe garantizar la solución de los defectos constructivos y vicios ocultos denunciados, garantizando las condiciones para la habitabilidad de las viviendas nuevas y su durabilidad en el tiempo, proveyendo las instalaciones faltantes y reemplazando o reconstruyendo las instalaciones o infraestructuras defectuosas, asegurando la seguridad y salubridad de las familias y sus hogares”, analizan los autores del estudio.

En el marco del proceso de urbanización o integración socio-urbana, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires reubicó a decenas de familias en este complejo habitacional del Sector YPF. En su mayoría, estos vecinos antes vivían en el bajo de la autopista.

Fuentes del  GCBA informan sobre las viviendas: “En total construimos 26 edificios en el Sector YPF, que está ubicado dentro del polígono del Barrio Mugica. En su interior, las viviendas están construidas en bloques de hormigón; con materiales de alta tecnología que constituyen viviendas sustentables y de calidad. Se trata de un sistema de construcción en seco, que dentro de sus beneficios presenta la facilidad y rapidez a la hora de realizar reparaciones, sin necesidad de romper paredes ni generar suciedad”.

“Además, las paredes tienen una mayor capacidad de aislación sonora y térmica, lo cual se traduce en un ahorro notable de energía. Lo mismo sucede con las puertas-ventanales y las ventanas, que están conformadas con marcos de PVC y doble vidrio hermético. El baño cuenta con revestimiento y piso cerámico; y la cocina, en el sector de la mesada, con cerámico blanco en la pared. Las nuevas viviendas cuentan con agua fría y caliente aún ante cortes de luz ya que cuentan con la instalación de paneles fotovoltaicos y termotanques solares: un hito de utilización de energías renovables para la Ciudad de Buenos Aires. Esto permite también un ahorro en el pago de servicios de la mano con el Plan Integral de infraestructura del Barrio Mugica”, añaden.

“Además de las viviendas, hicimos obras de infraestructura para que todas las familias puedan acceder a los servicios básicos, y más de 10.000 m2 de nuevos espacios públicos. Hay plazas con juegos para que los niños y las familias puedan disfrutar de actividades al aire libre y puntos de encuentro para que los vecinos compartan momentos en comunidad. Además, la cercanía con el Polo Educativo María Elena Walsh significa una gran oportunidad para los comerciantes que se mudan, ya que 2.200 personas trabajan en el Ministerio de Educación de la Ciudad y son potenciales consumidores de productos y servicios”.

“La construcción de las viviendas fue de la mano de un proceso social que transitamos junto a las familias. Realizamos relevamientos para conocer tanto la composición familiar y su acceso a la educación, la salud y el trabajo, y también las cuestiones técnicas y estructurales de la vivienda actual. A su vez desarrollamos talleres donde trabajamos juntos cuestiones vinculadas a las características de las nuevas casas, la convivencia, la adaptación de las actividades económicas, entre otros temas”, concluyeron fuentes porteñas.