Ratificaron la condena a uno de los culpables por el incendio de un taller clandestino de Caballito

El 30 de marzo de 2006 en Luis Viale 1269 un siniestro provocó la muerte de cinco niños y una embarazada.

El 30 de marzo de 2006 en Luis Viale 1269 un siniestro provocó la muerte de cinco niños y una embarazada.

La Cámara de Casación de la Ciudad de Buenos Aires ratificó la condena a 13 años de cárcel contra Luis Sillerico Condorí, acusado por “estrago doloso seguido de muerte y reducción a la servidumbre” y uno de los responsables del taller clandestino de Luis Viale 1269, del barrio porteño de Caballito (Comuna 6), donde murieron cinco niños y una embarazada durante un incendio ocurrido el 30 de marzo de 2006.

La Sala III del máximo tribunal penal de la Capital Federal declaró “inadmisible” el recurso extraordinario presentado por la defensa de Condorí. El fallo fue firmado por el tribunal integrado por los jueces Carlos Mahiques, Pablo Jantus y Mario Magariños.

Claudio Armando, defensor oficial de Sillerico Condorí, planteó un recurso extraordinario para que la Corte Suprema de Justicia de la Nación resuelva la excarcelación del detenido. Los camaristas rechazaron el planteo por considerar que “se limita a expresar una mera discrepancia con la decisión adoptada en relación a la valoración de las condiciones personales del imputado al momento de analizar la configuración de los riesgos procesales”.

En junio del año pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal 5 (TOC5) condenó a 13 años de cárcel a Sillerico Condorí, de nacionalidad boliviana, y al argentino Juan Manuel Correa, como responsables por el incendio del 30 de marzo de 2006. Ambos habían llegado en libertad al juicio oral, pero el TOC5 dispuso la inmediata detención para que comiencen a cumplir las penas.

Las víctimas mortales fueron Juana Vilca Quispe, quien cursaba un embarazo, Luis Quispe Cornejo y Harry Rodríguez Gómez, ambos de 3 años, Rodrigo Quispe Carvajal de 4, Elías Mendoza Carvajal de 10 y Wilfredo Quispe Mendoza de 15, quienes quedaron atrapados entre las llamas. Según el expediente, el siniestro se originó en una sobrecarga producida por una instalación eléctrica defectuosa en el local.

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