Presentan un proyecto de alcohol cero para conducir en la ciudad de Buenos Aires
Contempla una nueva escala de descuentos de puntos en el registro de conducir, según los distintos niveles de concentración de alcohol en sangre.
La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires presentó un proyecto de ley de tolerancia cero de alcohol en sangre para los conductores que circulen por la CABA. Estima una nueva escala de descuentos de puntos en el registro de conducir, según los distintos niveles de alcoholemia.
Buscan modificar el Código de Tránsito y Transporte de la Ciudad, que permite conducir con un máximo de 0,50 gramos de alcohol por litro de sangre.
“Está prohibido conducir cualquier tipo de vehículo con más de cero gramos de alcohol por litro de sangre”, dice el proyecto, que busca “contribuir a la disminución de siniestros viales, una de las principales causas de muerte en Argentina”.
“En la Argentina, una de las mayores causas de muerte son los siniestros viales”, sostuvo el titular de la Defensoría porteña, Alejandro Amor, en diálogo con Télam.
Amor dijo que según la Organización Mundial de la Salud, “conducir bajo los efectos del alcohol o cualquier sustancia psicoactiva aumenta el riesgo de un accidente con desenlace fatal o lesiones graves”.
El proyecto plantea una nueva escala de descuentos de puntos en el registro de conducir, según los distintos niveles de alcohol en sangre. El Código vigente contempla la quita de 10 puntos a quienes se nieguen a hacer el control de alcoholemia, estupefacientes u otras sustancias.
El descuento propuesto es: cinco puntos cuando la concentración sea de entre 0,2 y 0,5 gramos, 10 puntos cuando sea de 0,5 a 1,5 y 20 puntos cuando supere los 1,5 gramos.
Según un informe del Ministerio Público Fiscal, las autoridades detienen a un conductor ebrio cada dos horas. Casi la mitad de los casos de alcoholemia positiva de este año se registraron en Palermo, Belgrano y Recoleta. Asimismo, en 2015 se registraron un total de 3.159 casos de conductores en estado de ebriedad o bajo los efectos de estupefacientes, lo que significó un 27,3 por ciento más que en 2014.