Por una ley porteña, el Paseo del Bajo debe llamarse Juan Manuel de Rosas

La norma fue votada en 2003 para la traza que uniera las autopistas Illia y Bs As – La Plata.

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires inició las obras de infraestructura para construir la Autopista Ribereña. Desde el Poder Ejecutivo porteño la bautizaron Paseo del Bajo, pero una ley porteña, que tiene 14 años de vigencia, establece que esta traza debe llevar el nombre de Juan Manuel de Rosas.

El proyecto de la Autopista Ribereña casi tres décadas de debates porteños. Inició en los años 90 y se truncó en varias oportunidades. En la sesión ordinaria del 27 de noviembre de 2003 se votó un proyecto de ley para que esta futura autopista, hoy Paseo del Bajo, tenga el nombre del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, quien ejerció con Facultades Extraordinarias y la Suma del Poder Público.

El primer y único artículo de la ley n° 1.198 expone: Denomínase “Brig. Gral. Juan Manuel de Rosas” a la futura autopista que unirá la “Autopista La Plata – Buenos Aires” con la “Autopista Presidente Arturo H. Illia”. La norma fue promulgada a través del Decreto nº 2.815/003 del 29 de diciembre de ese año.

El Estado nacional a principios de los años noventa, durante la primera presidencia de Carlos Menem, renegoció el contrato para la Autopista Buenos Aires – La Plata, que se hallaba adjudicada desde 1981 a la Concesionaria Vial Argentino-Española (Coviares) mediante el Decreto nº 1638, fechado el 20 de setiembre de 1994. Como parte del contrato, la empresa también tenía a su cargo la construcción del tramo denominado “Autopista Ribereña” para unir los intercambiadores de las autopistas 25 de Mayo y la Arturo Illia, cerrando así el eje de conectividad vial Norte-Sur.

Luego de que no se concretara, en 1999 evaluaban el proyecto la Corporación Antiguo Puerto Madero SA y la Secretaría de Obras Públicas del Ministerio de Infraestructura y Vivienda de la Nación. Por una reforma en la traza, en la zona “Bajo Diques”, se inició una investigación judicial contra el entonces titular de la secretaría mencionada y se dejó sin efecto la modificación.

Años más tarde, se hizo una presentación formal en 2006 (Expediente Nº 7210/2006) para hacer una licitación pública internacional, que iba a costear el Ministerio de Planeamiento y Obras Públicas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pero no se pudo avanzar porque en ese entonces el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Planificación Federal, no otorgó los permisos correspondientes a la administración capitalina.

Luego una licitación pública que quedó sin efecto en 2014, se relanzó este proyecto, que ya es una realidad. El Paseo del Bajo es responsabilidad del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño, a través de Autopistas Urbanas SA (AUSA) junto a la Corporación Puerto Madero.

Este Paseo se complementa con el Parque del Bajo, un futuro pulmón verde consecuencia de estas labores para conectar a través de un recorrido de 6 kilómetros las autopistas Buenos Aires – La Plata y Huberto H. Illia.

El Paseo tendrá en su gran mayoría un diseño de trinchera abierta con cuatro carriles (dos en casa sentido) por donde circulará exclusivamente tránsito pesado como camiones y micros. Irá entre Alicia Moreau de Justo y Madero-Huergo, y luego en la zona de Retiro circulará por avenida Ramos Mejía, Antártida Argentina y Castillo.

Juan Manuel de Rosas es también uno de los nombres de la estación cabecera de la línea B de subtes. Se le dio este nombre porque entre 1974 y 1976 la avenida Monroe llevó el nombre del caudillo federal. Los vecinos de Villa Urquiza no estuvieron de acuerdo e hicieron presentaciones en la Legislatura porteña para cambiar la denominación.

Luego de una ley de doble lectura, hoy en la estación conviven los nombres de los dos caudillos federales que combatieron en Caseros. Se puede leer Juan Manuel de Rosas – Villa Urquiza en las placas rojas de la terminal de la Comuna 12.

La figura de Rosas es resistida en territorio porteño. “El de Buenos Aires es un callejero muy cuestionable, con ausencias y presencias muy grosas. El triunfo de los unitarios, luego rebautizados liberales, fue un triunfo sin perdón, sin amnistía. Como puede verse en la historia oficial, se evidencia la intención de denigrar y desalojar a los adversarios”, dijo en el pasado el escritor e historiador Mario “Pacho” O´Donnell, quien en 2003, cuando era legislador porteño, propuso ese nombre para la avenida Sarmiento del barrio porteño de Palermo (Comuna 14) y ante el repudio generalizado tuvo que dejar la propuesta sin efecto.

En este sentido, semanas atrás el director de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM), el escritor, traductor y editor argentino-canadiense, Alberto Manguel, dijo que a su regreso a la Ciudad de Buenos Aires para asumir sus funciones una de las cosas que más lo sorprendió “fue ver que teníamos una estación de subte que llevaba el nombre de Juan Manuel de Rosas”.

Al habla con La Nación Revista, Manguel ironizó: “Nos quedamos cortos ¿cuándo va a haber una estación de subte que se llame Calígula? Yo creo que ese tipo de revisionismo histórico no está suficientemente justificado intelectualmente”.

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