Pasos bajo nivel: los comerciantes se quejan, pero no reclaman por temor a represalias económicas
Dicen que los túneles crean zonas fantasmas y menos flujo comercial, pero no presentan amparos porque los jueces les hacen pagar las costas
La primera plana de los comerciantes de Villa del Parque no está puesta en Ganancias en los últimos días. En las puertas de sus negocios se leen afiches sobre las repercusiones negativas que creen traerá la llegada del paso bajo nivel de Avenida Nazca (vías del San Martín). “El Centro Comercial a cielo abierto de VDP tal como lo conocemos va a desaparecer”, explican comerciantes consultados por este medio.
Bajo el lema “No toda obra pública es progreso”, los trabajadores que integran la Unión de Comerciantes, Industriales y Profesionales de Villa del Parque salieron a volantear contra el paso bajo nivel de Nazca y sus consecuentes túneles complementarios en Campana y Cuenca.
Si bien el gobierno de la Ciudad les comunicó de forma extraoficial que las obras sobre Nazca iban a iniciar en la primera quincena de enero (de hecho este medio divisó a operarios hacer tareas de medición durante esta semana), los comerciantes, aunque con resignación, protestan por las posibles consecuencias.
“En lugar de hacer acá en Cuenca el túnel podían aprovechar los pasos cerrados, como los de las calles que le siguen a Campana y Cuenca, pueden hacer un puente para peatones y hasta colgar carteles de publicidad para recuperar plata, en vez de hacer las obras acá”, ironiza con bronca Félix, al frente del kiosco de la vereda noreste de Cuenca y las vías. Ante este medio se queja con resignación: “Uno siente que hay negocios que están por encima de los que trabajamos todos los días; el túnel va a dejar en la ruina a todos los que trabajamos en estas dos cuadras (de Nazarre a Tinogasta).
Apenas anoticiados sobre la creación del paso bajo nivel de Nazca, hubo varias asambleas vecinales espontáneas, que coincidieron con la fecha de la audiencia pública sobre el túnel, que se hizo en la sede VDP de Racing Club, el 20 de septiembre. Luego los encuentros mermaron, aunque siempre hubo comunicación a través de instituciones como la Unión de Comerciantes.
Roberto atiende su farmacia en la esquina de Nazca y Nogoyá. Sobre el frente vidriado se ve uno de los afiches con la leyenda “No toda obra pública es progreso”. Al charlar con este medio pone en común el desánimo de saber que durante “al menos 15 meses, sin contar inconvenientes como ocurrió en otros viaductos,” el gobierno estará en plena obra, con todos los contratiempos de concurrencia que eso implica.
Peor aún cuando habla sobre la parsimonia con que deben afrontar esta situación. “Hicimos asambleas de vecinos y comerciantes. Pensamos en hacer un amparo, pero descartamos esa idea. Hay casos testigo como el paso bajo nivel de Balbín donde los tres amparos fueron rechazados por jueces que al parecer siempre van a estar del lado del gobierno. Encima, las costas del proceso las cargan contra los vecinos y comerciantes. Muchos pueden perder su negocio o su casa. No queremos pasar por eso aunque también sabemos que nos exponemos a fundirnos con la creación del túnel”, detalla.
Esta situación comenzó con un amparo presentado por la ONG Basta de Demoler. Habían recurrido a la justicia por la intención oficial de hacer una estación del subte H en Plaza Alvear (Recoleta). El gobierno los demandó y dijo que querían obstaculizar la realización de la obra. Los vecinos se defendieron con argumentos técnicos y patrimoniales, pero el precedente quedó instalado.
Lejos de esta triangulación comerciantes-poder judicial-poder ejecutivo, el gobierno de la ciudad defiende su iniciativa. De hecho, está incluida la realización de un gran número de pasos bajo nivel como una de las prioridades de gestión del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.
A pocos días del aparente comienzo de obras en Nazca, Ciudad comunica que “los próximos que serán inaugurados son los pasos bajo nivel de avenida Beiró y vías del ferrocarril Urquiza y el de Balbín y vías del ferrocarril Mitre (ramal Mitre)”.
A la hora de hacer una defensa sobre estos emprendimientos urbanos, la gestión afirma: “Cada nuevo viaducto es una renovación del valor del espacio público del barrio ya que devuelve la conexión entre ambos lados de las vías y agrega iluminación y seguridad a la zona, al eliminar los pasos peatonales”.
Los vecinos y comerciantes consultados reprochan este punto porque dicen que los negocios quedan “aislados” y que la nueva fisonomía alejará el paso peatonal del entorno de los viaductos. La Unión de Comerciantes de VDP tilda a estas zonas como “fantasma” que “favorecen el delito”.
El gobierno pone el eje además en la circulación vehicular: “Los viaductos permiten el tránsito de autos y ambulancias y evitan la circulación de camiones y colectivos, asegurando una circulación barrial sin vehículos de gran porte. Un automovilista puede llegar a tardar 30 minutos en cruzar un paso a nivel con la barrera baja. En cambio, los pasos bajo nivel son obras de ingeniería vial que permiten una fuerte aceleración del flujo vehicular”.
La Unión de Comerciantes, Industriales y Profesionales de Villa del Parque, por caso, refuta con el ejemplo de Nazca: “Hay otras alternativas, como continuar hasta la General Paz el viaducto elevado proyectado hasta Paternal; trincheras en la línea San Martín hasta General Paz; y soterramiento de la Línea San Martín hasta Santos Lugares”.