Paseo de las Esculturas de Boedo, el museo que nunca duerme
Fue creado por una ley porteña del 2000 que impulsaron vecinos.
Llueve, truene, haya sol o plena noche. Ellas están ahí. Los peatones de la avenida Boedo (Comuna 5) van y vienen, esperan el colectivo, cargan bolsas de mercado o se sientan en las mesas de café. Algunos las ven de refilón, otros jamás advirtieron su existencia. Igual, ellas están ahí. Juntas son el museo al aire libre que nunca duerme.
El Paseo de las Esculturas es un antiguo proyecto impulsado por sus vecinos. Lo idearon en 1999 el escultor Francisco Reyes (tuvo su taller) y el sociólogo Aníbal Lomba, quien presidió la Junta de Estudios Históricos de Boedo.
Esta propuesta fue tomada en el Poder Legislativo local. Entidades culturales y más de 50 escultores argentinos y extranjeros firmaron su adhesión.
En agosto de 2000, la Legislatura porteña aprobó la Ley 494 que crea “un “Paseo de las Esculturas” sobre ambas aceras de la Av. Boedo entre las Avdas. San Juan e Independencia”. “Se podrán emplazar un total de veinticuatro esculturas” donadas por “organismos oficiales, entidades intermedias y particulares”, previa votación en el Poder Legislativo local. En la actualidad hay 21 instalaciones.
“Es el primer barrio de Buenos Aires que cuenta con tan importante Museo al Aire Libre”, afirman en la Junta de Estudios Históricos.
En el cotidiano hay una seguidilla de descuidos como personas que usan las rejas de los monumentos como bicicleteros, bares que tapan o rodean las esculturas con sus mesas y toldos. Sin embargo, tanto comerciantes y vecinos procuran el cuidado de los mismos. No hay que lamentar casos de vandalismo. Ni pintadas, ni roturas.
El 2016 fue el último año de inauguraciones. Se presentó en la esquina Homero Manzi un busto de Anibal Lomba, luego de su fallecimiento. Lo mismo ocurrió con un autorretrato de Francisco Reyes, sobre la acera oeste, casi esquina Estados Unidos.
Ese año se volvió a emplazar El Reposo del escultor mordvino Sthepan Erzia. Es la única que tiene un vidrio protector (el material con que está hecha no puede estar a la intemperie). Está en la acera este, casi esquina Humberto I. Se la ubicó al lado del el emblema de Boedo.
Este patrimonio artístico se complementa con otras intervenciones. En 2017 el Grupo Bondi fijó asientos de concreto en varios tramos del corredor Independencia – San Juan. La Junta además renombró varias esquinas en homenaje a literatos y figuras destacadas. Hay que sumar que la entidad puso placas fileteadas por Luis Zorz (Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad) en frentes donde ocurrieron hechos destacados.
Esta es la lista de las esculturas:
- Aníbal Lomba (Xavier Barrera Fontenla)
- Por amor (María Laura Vila)
- Vestido al viento (Enrique Azcarate)
- Tango íntimo (Leo Vinci)
- Interiores (Arturo Alvarez Lomba)
- Cholita (Francisco Reyes)
- Testimonio (Julián Agosta)
- Autorretrato (Francisco Reyes)
- Pórtico de la impunidad (Oscar Stáffora)
- Homenaje a la madre (Francisco Reyes)
- Mutación (Mónica Chames)
- Enlace de planos (Julia Farjat)
- Esencia (Xavier Barrera Fontenla)
- Leónicas Barletta (Xavier Barrera Fontenla)
- José González Castillo (Vicente Roselli)
- La Bestia (Oscar de Bueno)
- Verde secreto (Marina Dogliotti)
- Súplica (Antonio Oriana)
- Crecer (Elisa Dejistani)
- Testimonio (Alberto Balietti)
- El Reposo (Sthepan Erzia)
Fuente: Agenda Porteña