Parque Patricios: vecinos en contra de emplazar el Memorial a las Víctimas del Covid-19 en el Parque Ameghino

En el Consejo Consultivo Comunal 4 alertan que están en riesgo árboles añosos y que bajo tierra hay enterradas varias personas. “Es una muy mala señal, en tanto comunidad, perturbar el descanso de unos para homenajear a otros”, dijeron. “Nuestro interés que toda plaza o parque de nuestra comuna continúe desempeñando la función recreativa y de solaz para los que fueron destinados originalmente”, indicaron.

Vecinos del Consejo Consultivo Comunal 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios, Nueva Pompeya) se manifestaron en contra de la instalación de un memorial por las víctimas del Covid-19 en el Parque Ameghino de Parque Patricios (Caseros, Monasterio, Santa Cruz y Uspallata), donde hay una recordación para los muertos de la fiebre amarilla del siglo XIX. Tiene media sanción la Ley para avalar su emplazamiento.

Sostienen que están en riesgo árboles añosos. “Se ha planteado no al emplazamiento en el parque, no se ha expresado o rechazado a la construcción del monumento”, aclararon.

De este modo, una nota de la Comisión de Patrimonio del Consultivo afirma: “El Consejo Comunal se opone en forma unánime a la construcción del Memorial a las Víctimas del COVID 19 en el Parque Florentino Ameghino propuesto por el GCBA y concursado por la Sociedad Central de Arquitectos. Ante todo, queremos destacar que este Consejo ha tomado conocimiento de la obra que pretende encararse sólo recientemente, esto se debe a que no se nos dio parte de las gestiones que se estaban realizando con la intención de colocar un monumento en uno de nuestros espacios públicos. Consideramos que proceder de esa manera en un espacio público de nuestra comuna involucra un avasallamiento a la Ley 1777 de Comunas pues antes de su tratamiento del proyecto en la Legislatura como en el llamado a Concurso de Diseño no se haya establecido ningún tipo de consultas a los habitantes del esta Comuna a través de instituciones como es este Consejo.

“Al oponerse a la construcción del monumento, el Consejo actúa en defensa del Parque Ameghino por su valor histórico, paisajístico, arqueológico, por su añoso parque arbóreo y a los fines de que dicho parque no pierda superficie absorbente. Consideramos, asimismo, que el mismo debe conservar las lógicas de su organización presente las cuales forman parte de nuestro pasado personal y colectivo y conforman nuestra identidad. Queremos destacar también que es nuestro interés que toda plaza o parque de nuestra comuna continúe desempeñando la función recreativa y de solaz para los que fueron destinados originalmente”, añaden.

“Además, dado que el Parque Ameghino fue un cementerio, consideramos que por una simple cuestión de respeto a los restos de aquellos que aún descansan en el lugar, debe descartarse de plano el realizar en el lugar una obra que los profane, menos una de las características y dimensiones de la planificada por el GCBA. Se calcula, fueron inhumadas en el sitio alrededor de 15000 personas y se tiene conocimiento que el traslado de los cuerpos que allí reposaban fue sólo parcial. Convalida esto el hecho de que se encontraran ataúdes con restos en las décadas de 1930 y 1940 (a esto se debe sumar quienes fueron enterrados en fosas comunes en momentos de epidemia). Dicho esto, todo apunta a que en el lugar se hallan aún innumerables restos humanos depositados en el sitio. Es una muy mala señal, en tanto comunidad, perturbar el descanso de unos para homenajear a otros”, concluyen.

A mediados de septiembre de este año, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires dio media al proyecto de Ley para instalar un Memorial en homenaje a los muertos por Covid-19 en el Parque Ameghino.

“Será emplazado en la Plaza Florentino Ameghino, en el lado colindante a la Av. Caseros. Tendrá una superficie aproximada de 2.200 m2 de pisada, respetando la superficie absorbente existente y consta de un círculo en cuyas paredes inclinadas se plantará vegetación, y alrededor del cual habrá un piso elaborado con piedras blancas”, explica el proyecto.

La ministra de Espacio Público e Higiene Urbana Clara Muzzio informó en mayo de este año sobre la instalación del monumento, en el mismo espacio verde donde se emplazó un memorial para recordar a los fallecidos durante la epidemia de fiebre amarilla que se desarrolló en la CABA en 1871.

“La Ciudad proyecta un espacio Memorial en homenaje a todos los ciudadanos argentinos que perdimos en esta pandemia”, había dicho la ministra.

Para lograrlo, se convocó al “Concurso Nacional de Anteproyecto Espacio Conmemorativo a las Víctimas de COVID-19″.

“Los familiares que manifiesten su voluntad de trasladar estos recuerdos o piedras al Memorial podrán hacerlo, y quienes no quieran el traslado podrán mantenerlos en Plaza de Mayo”, había sumado en ese entonces.

Nota la Comisión de Patrimonio del Consultivo

Algunos datos históricos y patrimoniales:
El predio que hoy conforma el parque (46.622 m2) formó parte de la quinta de la familia Escalada, testimonios familiares (ya que no documentales) refieren que Remedios de Escalada de San Martin, fallecida en 1823 de tuberculosis, terminó sus días en ese lugar.
En 1867 la Municipalidad de la Ciudad adquirió el espacio que hoy forma el parque a su dueño de entonces, Claudio Mejía y ese mismo año habilitó allí un cementerio: el Cementerio Público del Sud. Entre otros se depositaron en el lugar los restos de los fallecidos en la epidemia de cólera y, más adelante, en 1871, los muertos por la mucho más virulenta de fiebre amarilla.
“Muchos de los sesenta médicos que permanecieron en la Ciudad perdieron la vida cuidando a sus pacientes, al igual que los farmacéuticos, enfermeros y sepultureros.
Los cadáveres se trasladaron en el Ferrocarril del Oeste con una formación de emergencia que salía dos veces por día: se la conoció como “tren de la muerte”. Entre febrero y junio murieron cerca de 15.000 personas. Hacia 1872, el cementerio colapsó y se determinó su clausura” (Valentina Herraz, 18/12/2021)

En memoria de los Caídos en Cumplimiento del Deber durante la Epidemia de Fiebre Amarilla se decidió erigir en el lugar un monumento, esta tarea recayó en manos del escultor uruguayo Juan Manuel Ferrari (1874-1919, autor, entre otros, del Monumento al Ejército de los Andes del Cerro de la Gloria en Mendoza). Dicho monumento es, a todas luces, el elemento preponderante del Parque y, el diseño de éste apunta a destacarlo dado que se encuentra en el centro del espacio verde y confluyen en él sus caminos.

El cierre definitivo del cementerio se dio en 1882. El predio fue transformado en parque público en 1892, se lo llamó primero Bernardino Rivadavia, adoptando su nombre actual (Ordenanza 2703), Parque Florentino Ameghino, en 1928.

Si bien el traslado de los restos se realizó en 1882, este fue incompleto hallándose aún tumbas en forma fortuita en las décadas de 1930 y 1940. Todo hace suponer que, al día de hoy, aún existen otras muchas bajo la superficie. Según refiere el Dr. José Penna (1855-1919) se inhumaron allí unas 15000 personas.

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