Para Greenpeace, la Ciudad “se endeuda a contramano” de la Ley de Basura Cero

La organización ambientalista sostiene que “los dos proyectos de endeudamiento por 180 millones de dólares para financiar plantas de tratamiento de residuos (…) van en contra de la política de separación y reciclado que la ley de Basura Cero le exige implementar al Gobierno porteño”.

Durante la sesión de ayer en la Legislatura porteña, los votos de los dos bloques mayoritarios —el PRO y el Frente para la Victoria— alcanzaron para aprobar dos proyectos de endeudamiento por un total de 180 millones de dólares para financiar las plantas de Tratamiento Mecánico Biológico (MBT) de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) Norte y Sur. Estos emprendimientos van en contra de toda la política de separación, recolección diferenciada y reciclado ordenada por la Ley de Basura Cero, y terminarán enviando más del 40% del material procesado a enterrarse en el relleno sanitario de Ceamse.

“Es insólito que la ciudad se endeude para construir dos plantas de separación mecánica de la basura cuando esto lo puede hacer cada vecino en su casa”, recalca Soledad Sede, del área de campaña de Greenpeace.

Además, el emprendimiento de la planta Norte, que implica un endeudamiento por 120 millones de dólares, tuvo un trámite irregular: no fue enviado para su tratamiento a la Comisión de Ambiente de la Legislatura sino tratado sobre tablas, sin despacho y sin discusión en las comisiones a las que tenía giro: Planeamiento Urbano y Hacienda. Finalmente, esta planta que se ubicará es en un predio aledaño al Parque de los Niños, no cuenta con un estudio de impacto ambiental, ni se le dio doble lectura.

El proyecto de zona Sur, que sí fue tratado en la comisión de Hacienda, autorizó un endeudamiento por 60 millones de dólares para la construcción de una planta de MBT en la zona a aledaña al autódromo de la Ciudad.

El plan propuesto por la Ley de Basura Cero es la progresiva reducción de la cantidad de residuos que se entierran por medio del crecimiento de las industrias asociadas al reciclado, la recuperación de materiales y la reducción en su generación.

“Este tipo de plantas tratan residuos mezclados y desalientan la separación en origen por parte de los ciudadanos, al mismo tiempo que tienen un alto porcentaje de rechazo de los residuos que ingresan. Desde el punto de vista ambiental y ecológico así como económico y social, es mucho más ventajoso separar los residuos en origen y recolectarlos diferenciadamente, que separarlos en plantas de tratamiento mecánico biológico”, concluyó Sede.

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