Más de 100 años de tradición: feria americana, alimentos y coleccionables en el Mercado San Cristóbal

Lo crearon en 1882 y en 1945 hicieron el actual edificio de arcos.

 

En carreta, trolebús, subte, bicimoto o roller. No importa cómo, los vecinos hace más de 100 años llegan a paso firme al Mercado San Cristóbal. La esquina de Entre Ríos e Independencia cambió bastante en este tiempo, pero la clientela es fiel, centenaria. Adentro los espera un laberinto con 150 locales en dos plantas. Ropa de feria americana, coleccionables al estilo de los anticuarios de San Telmo, alimentos y reparaciones son los rubros favoritos.

Por dentro, la mayoría de los locales está sobre la planta baja, mientras que varias decenas se ubican escaleras arriba. Estos pasillos de planta alta ofrecen una vista panorámica donde queda expuesta la esencia mixturada del lugar, que abre de lunes a sábado desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche.

Sobre la avenida Entre Ríos hay dos ingresos a la planta principal del Mercado. Por Independencia hay un ingreso de carga, con espacio para autos y camionetas; allí en lo alto se levanta un frontispicio beige con estas letras en relieve dorado: “Mercado y Frigorífico San Cristóbal”.

Algunos locales están hace poco, otros como la carnicería de Osvaldo hacen escuela. “Estoy desde 1982 acá. Vi pasar un montón de gente, de vecinos. Soy uno de los más antiguos acá y todos me conocen”, dice.

En 1882 empezó esta aventura, cuando ambas avenidas eran apenas incipientes caminos y el horizonte del barrio no superaba una planta de altura. Con la prepotencia de sus primeros trabajadores, hoy el Mercado San Cristóbal se corona como el más antiguo de la Ciudad en su tipo: aventaja al ex Abasto Proveedor, hoy devenido shopping (1893) y San Telmo (1897). Le sacó ventaja incluso al templo del barrio, en San Juan y Jujuy, abierto en 1884; una situación excepcional en una aldea porteña cuyos barrios antiguos tenían nombre de parroquia.

La primera gran estructura del Mercado se hizo en 1887 con hierro y vidrios amplios, techo a dos aguas. El lugar se pobló de vida y comerciantes de todo tipo. Recién en 1945 se construyó el edificio actual. Fue responsabilidad de los arquitectos Santiago Sánchez Elía, Federico Peralta Ramos y Alfredo Agostini (estudio SEPRA). Son tres arcos de hormigón armado con casi 20 metros de alto.

El resultado final es un conjunto de ondas enladrilladas que llaman la atención entre tanto edificio de altura que los rodea. En la planta baja hay una hilera de ocho negocios sobre Entre Ríos y otros tantos sobre Independencia. En la esquina además está desde 1930 el Gran Café Gardel de Buenos Aires, que se hizo conocido porque durante mucho tiempo lució un cartelón con la estampa del Zorzal Criollo.

Fuente: Agenda Porteña

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