Macchiavelli sobre la Ley Basura Cero: “Redujimos un 50% la cantidad de residuos que se envían a los rellenos sanitarios”
El ministro de Ambiente y Espacio Público dijo que “el 78% de los residuos que produce la Ciudad tiene algún tipo de tratamiento”.
El ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires señaló que a través de la Ley Basura Cero se redujo en terreno porteño “un 50% la cantidad de residuos que se envían a los rellenos sanitarios”. Además, el funcionario indicó que “el 78% de los residuos que produce la Ciudad tiene algún tipo de tratamiento”.
“Los números del reciclaje en la ciudad indican que hay 12 cooperativas, 5324 recuperadores urbanos, 3217 campanas verdes, casi 200 puntos verdes, 1 planta de separación mecánica automática y para este año planeamos abrir 2 más, 15 centros verdes y 1 centro de reciclaje con 5 plantas de procesamiento de materiales”, precisó el funcionario.
“Así unas 570 toneladas son recuperadas por las cooperativas y cerca de 900 toneladas por los recuperadores urbanos. Entre las medidas que proyectamos llevar adelante este año buscamos fortalecer los centros verdes, sistematizar la tarea de los recuperadores, que pasarán de urbanos a ambientales. También buscaremos aumentar la frecuencia de las campanas verdes a dos veces por semana”, añadió.
De todos modos, el funcionario especificó que para lograr ese 78% es necesario que desde los hogares se tomen medidas para recuperar residuos que se pueden reciclar o reutilizar.
“Qué empieza en las casas con la separación en origen, sigue por el sistema de recolección diferenciada, continúa en las plantas de tratamiento y vuelve a empezar. Buscamos reducir los residuos que enviamos a los rellenos sanitarios. Por eso apostamos a las nuevas tecnologías, viendo que hacen otras ciudades del mundo y cómo se puede aplicar. La basura es algo nuestro, no de otro. Si entendemos eso, vamos a acercarnos a números más parecidos a los de la capital de Suecia. Lleva tiempo. Si nos involucramos todos en el reciclaje, lo podremos lograr”, argumentó Macchiavelli.
Sobre la Ley Basura Cero, aprobada en 2005, plantea la adopción de “medidas dirigidas a la reducción de la generación de residuos, la recuperación y el reciclado así como también la disminución de la toxicidad de la basura y la asunción de la responsabilidad del fabricante sobre sus productos”.
La ley proyectaba en principio niveles de reutilización, tomando como línea base la cantidad de1.497.656 toneladas de residuos enviados a relleno sanitario durante el año 2004: 30% para el año 2010; 50% para el año 2012; 75% para el año 2017; se prohíbe la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables para el año 2020.
En su articulado, la ley llama a “elaborar productos o utilizar envases que, por sus características de diseño, fabricación, comercialización o utilización, minimicen la generación de residuos y faciliten su reutilización, reciclado, valorización o permitan la eliminación menos perjudicial para la salud humana y el ambiente”. También sugiere “hacerse cargo directamente de la gestión de los residuos derivados de sus productos, o participar en un sistema organizado de gestión de dichos residuos o contribuir económicamente a los sistemas públicos de gestión de residuos en medida tal que se cubran los costos atribuibles a la gestión de los mismos”.
Según la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) , la Ley Basura Cero “implica un gran desafío para la gestión integral de los residuos sólidos urbanos generados en la ciudad, ya que deben cumplirse metas exigentes en relación a la cantidad de estos desechos que es derivada a disposición final mediante el método de relleno sanitario. Esta ley y su reglamentación han dado lugar a la puesta en marcha de un amplio proceso participativo en cuanto al seguimiento en el cumplimiento de la normativa como así también en las propuestas de regulación e implementación desde la sociedad civil”.
Por su parte, Greenpeace Argentina señala que “en un plan de Basura Cero es primordial fijar objetivos claros y estimulantes para reducir progresivamente el enterramiento de residuos, sin incineración, ya que permite marcar la dirección hacia donde se quiere avanzar y determinar un marco de tiempo real para llegar hacia ese objetivo”.
“Es importante que las metas se fijen en términos de reducción de la cantidad de materiales que se enterraron y no en cantidad de materiales que se reciclaron, porque de esa forma se contabilizan los impactos reales realizados para reducir el enterramiento, y se impone un esfuerzo primordial para reducir la generación de residuos en primer lugar, y se contempla todo el espectro de medidas que se toman en el plan, no sólo el reciclaje”.
También hacen notar que en la ley La Ley Basura Cero se “prohíbe la incineración de residuos en todas sus formas, con y sin recuperación de energía”: “La prohibición estará vigente al menos hasta que se llegue al objetivo de reducción del enterramiento del 75%, un término medio al que se llegó ante la presión de la industria, que no estaba de acuerdo con esta prohibición”. “Una vez alcanzado ese porcentaje, se prevé reiniciar las discusiones sobre la habilitación de la incineración o no”, suma el documento de Greenpeace.