Liberaron a los custodios de Coto vinculados a la muerte de Vicente Ferrer: uno está imputado por homicidio preterintencional

Ramón Serafín Chávez, jefe de Operaciones del hipermercado, se defendió de la acusación judicial y dijo que solo cumplió con su trabajo.

La Justicia liberó a los dos custodios acusados de matar a Vicente Ferrer, el anciano de 68 años que hurtó comida en el hipermercado Coto de Brasil y Perú, en San Telmo (Comuna 1).

Gabriel Alejandro de la Rosa, vigilante, fue sobreseído a partir de las imágenes de un video tomado desde la vía pública.

En tanto, Ramón Serafín Chávez, jefe de Operaciones del hipermercado, fue procesado por “homicidio preterintencional”. Esta figura postula que él tuvo la intención de golpear para producir un daño pero no matar. Estima una pena de entre tres y seis años de cárcel.

La autopsia determinó que Ferrer falleció como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico y una hemorragia cerebral. En un principio se habló de un paro cardíaco.

Este es el video de una cámara ubicada en la vía pública donde se ve parte del hecho:

De la Rosa dijo ante TN: “No soy un asesino, soy un trabajador, trabajo todos los días para darle de comer a mi familia, soy un trabajador y nada más”. Trabaja para la Cooperativa de Trabajo de Seguridad y Vigilancia Dogo Argentino LTDA, adonde quedó suspendido momentáneamente.

“Lo veo salir con mercadería en el estómago, con chocolates y queso, por la salida sin compra, es decir no abonando la mercadería escondida entre sus ropas. Trato de detenerlo y le digo: ‘señor, por favor, no se retire’. Él hace caso omiso, sigue su marcha, sale, salgo atrás de él y me dice ‘¿qué es lo que querés?'”, agregó.

“Se está llevando mercadería sin abonar, se está llevando un queso y un chocolate. Entonces lo agarro del brazo, él quiere soltarse y dice ‘dejame’. En la vereda llegó el jefe de operaciones (Chávez) que lo retiene y me envía a buscar a la Policía”.

Dijo que cuando regresó “el señor estaba en el piso” y más tarde se enteró de que había fallecido en el hospital: “Simplemente cumplí con mi trabajo, nunca hice algo de más. Tengo un buen legajo, no tengo antecedentes, terminé el secundario, estudié en la universidad, pero por trabajo tuve que dejarla, soy un simple trabajador, y nada más”.

El hecho continúa en investigación y generó enorme repudio por parte de la comunidad. Cuando se conoció el hecho, la Asamblea de Parque Lezama organizó un acto de desagravio. Ahora avanza un proyecto de ley en la Legislatura porteña para fijar una placa alusiva para recordar a Vicente y repudiar este tipo de violencia.

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