Las zonas más pobladas de CABA tienen los peores indicadores de superficie verde por habitante

Un informe elaborado por el equipo del legislador porteño Matías Barroetaveña (Frente de Todos) alerta que Buenos Aires es “una de las peor rankeadas en cantidad de metros cuadrados de espacio verde por habitante de América Latina”. Balvanera, Almagro, Boedo, San Cristóbal, Villa Crespo y Villa Santa Rita figuran como las barrios más afectados.

La Ciudad de Buenos Aires es una de “las peor rankeadas en cantidad de metros cuadrados de espacio verde por habitante de América Latina” y sus barrios más densamente poblados son los más afectados por la falta de plazas y parques, concluye el informe “Situación de los Espacios Verdes en CABA”, elaborado por el equipo del legislador porteño Matías Barroetaveña (Frente de Todos).

La principal hipótesis de este documento es que las políticas públicas del Gobierno porteño no contribuyen a generar nuevos espacios verdes de calidad: “El Estado debe recuperar su rol activo en la responsabilidad de planificar y gestionar soluciones para la regulación y organización del proceso urbano-territorial”.

En la actualidad, el GCBA contabiliza en la Ciudad un total de 6 m2 de área verde/habitante. Según el informe del legislador, “en la realidad supera escasamente los 5m2 incluyendo las áreas naturales protegidas, sin ellas quedan 4m2 de espacio verde por habitante” y “de estos 5m2 de espacio verde público por habitante casi el 7% corresponde a Canteros Centrales. Un espacio poco utilizable”.

Para peor, las zonas más densamente pobladas “son las más afectadas por la ausencia de espacios verdes públicos”: Los barrios con alta densidad poblacional como Boedo o Almagro (Comuna 5) o Balvanera y San Cristóbal (Comuna 3) apenas llegan a 0,21 m2 en promedio de espacio verde público por habitante”.

También alertan por barrios “que no cuentan con espacios verdes o bien los están perdiendo”: “En los barrios de Villa Crespo o Villa Santa Rita los vecinos sólo cuentan con 0,15m2 de espacio verde público por habitante y 0,01m2 respectivamente. Una verdadera tierra de cemento. Barrios como Parque Chas (0,20m2), Agronomía (0,29m2) o incluso Paternal con 4m2 de espacio verde por habitante están apenas un poco mejor”.

“Sólo cuatro barrios superan los 10m2 de espacio verde público por habitante en la Ciudad, cumpliendo con los estándares internacionales: Puerto Madero (418m2), que contiene a la Reserva Ecológica; Villa Real (82m2) y Villa Soldati (61m2) con el Parque Indoamericano en Lugano y Soldati; y Saavedra (16m2), analiza el informe.

No obstante, los autores del informe hacen aclaraciones: “Incluso aquí, en lugares con mayores superficies de áreas verdes públicas, el avance sistemático de expropiación se hace presente. Los barrios más populares fueron los más perjudicados con la pérdida de las 37 ha en Parque Roca, las 45 ha en Parque de las Victorias para un Golf, o las 20 ha del parque de la Ciudad para emprendimientos inmobiliarios: suelo para la especulación y no para las familias que se encuentran en emergencia habitacional y ambiental”.

El informe postula que “la privatización de la tierra pública: un sello de la gestión PRO”. De este modo, rememora que “Entre 2009 y 2019 el gobierno vendió aproximadamente 150 hectáreas a través de 26 leyes que se sancionaron en la Legislatura para autorizar la enajenación de inmuebles. Gran parte de estas 150 has podrían haberse destinado a un programa de mejora sustancial del espacio verde de proximidad. Entre el 2015 y el 2019 el gobierno porteño dice haber creado 110 nuevas hectáreas verdes públicas, pero si analizamos ese número sólo 66 ha califican verdaderamente como tales”.

Es así que el informe de Barroetaveña concluye: “Entendemos que el Estado debe recuperar su rol activo en la responsabilidad de planificar y gestionar soluciones para la regulación y organización del proceso urbano-territorial, asumiendo el papel de instancia articuladora, capaz de asegurar el equilibrio social y ambiental. Se debe promover un paradigma urbano donde los ciudadanos puedan concebir, sentir y decidir la ciudad, y elegir el nivel de vida y hábitat adecuado. Desde los distintos sectores se debe abonar por una ciudad equitativa, con pleno ejercicio de derechos, resaltando su dimensión colectiva y comunitaria, sosteniendo su función social, ambiental y ecológica; e impulsando nuevos derechos urbanos que surgen de la relación de los ciudadanos con su territorio, el espacio y su hábitat”.