La Flor mas bella de Barracas
Las mesas de madera alisadas por cientos de miles de codos, los grandes ventanales que nos ofrecen la vista a la periferia de una Barracas de ensueño y fascinada de Sur, los cuadros, las fotografías de ilustres visitantes que vienen a buscar aquello que no existe más: un rincón barrial y familiar, la hilera de licores conteniendo el paso del tiempo y resguardando a este templo de presiones modernas, las sillas, cómodas y secretas, la luz de una publicidad anaranjada y cenicienta de Quilmes, el pizarrón de Amargo Obrero anunciando el plato del día, bien obrero: Polenta. La Flor de Barracas es un lugar donde aun se puede disfrutar de la tranquilidad como en una capsula del tiempo
(CABA) El patio grande y sus plantas que terminan de cerrar una complicidad con aquel que se aventura. El silencio como una tierna puñalada y una esquina que se presume en un tiempo ido dentro de nuestro mundo. Allí, dominante y cálida, está La Flor de Barracas, estandarte de una costumbre en el exilio: el poder comer platos comunes bajo una atmósfera de tranquilidad barrial. No hay dudas de que es el mejor espacio para disfrutar un aperitivo o sentir el placer hoy casi olvidado de comer un plato de ravioles humeantes y abundante, chorizos a la pomarola, una picada precisa y compañera, un guiso de lentejas y un pinguiño de vino de la casa que no sólo se deja tomar sino que además es rico y nada tiene que envidiarle a una botella de las que hoy se presumen buenas. Hemos ido a comer locro en fecha patria y nuestro plato criollo se lució, allí había amor y sensibilidad, como un desafío sibarita, hubo que hacer un esfuerzo ameno para terminar con el plato fabuloso y al parecer infinito. Es tal la alegría con la que el cuerpo recibe una caricia gastronómica y humana de esta calidad que luego de comer, el alma se siente reposada y serena en este boliche con prosapia arrabalera, que ha tenido el enigmático privilegio de llamarse La Puñalada y El Tarzán, mistongos títulos que lo consagraron techo para los personajes de la más alta bohemia de una Buenos Aires que dentro de sus paredes perdura y se recrea en cada aperitivo que el trabajador pide o puchero que se sirve. La Flor de Barracas es un comedor popular con esa pretensión, llegar tan alto en esta época era hasta hace poco una quimera, para suerte de los que necesitamos un menú comprensivo y un techo amigo, está La Flor de Barracas.
Dirección: Suárez 2095. Teléfono: 4302-7924