La Ciudad regala esquejes de rosas en distintos rosedales porteños
El esqueje es un método que se utiliza para multiplicar plantas y consiste en conseguir que un tallo eche raíces para dar origen a uno nuevo. La estación ideal para hacerlo es el otoño.
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad está podando los Rosedales de Palermo, Parque Chacabuco y Parque Micaela Bastidas, y regala a los vecinos gajos para trasplantar en sus casas. Quienes estén interesados podrán acercarse -de martes a viernes de 13 a 17 h- del 4 al 7 de julio en Parque Chacabuco y Parque Micaela Bastidas; y hasta el 21 de julio en el Rosedal de Palermo.
Durante la tarde de hoy se realizó un evento en el Rosedal de Palermo, para inaugurar la entrega de esquejes a los vecinos. Participaron del mismo el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Rabino Sergio Bergman; el Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires, Eduardo Macchiavelli; funcionarios porteños, voluntarios y público en general.
“Estamos entregando los esquejes de rosas para que los vecinos tengan la posibilidad de hacer crecer en sus casas una de las flores más lindas que existen, y que surgieron de alguno de los rosedales emblemáticos de la Ciudad”, expresó Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño.
Los vecinos se llevarán hasta 5 esquejes por persona, y a su vez, los martes y miércoles se regalarán bolsas con compost producido con los desechos verdes del parque: restos de poda, cortes de césped y hojas que fueron enviados a la compostera instalada en el predio de Palermo.
La poda en los rosedales se realiza cada invierno para que los rosales florezcan sanos y fuertes para la época de floración que es en septiembre, y alcancen su máximo desarrollo en octubre. Una vez concluida y para terminar de garantizar la salud de los casi 8.000 ejemplares de más de 100 variedades que hay en el lugar, se les coloca fertilizantes y complementos esenciales.
Para obtener las rosas es necesario enterrar los tallos introduciéndolos unos 12 cm en una maceta que contenga preferentemente una mezcla de turba y arena, para que puedan crecer más fácilmente las nuevas raíces. Entre cada tallo tiene que quedar una distancia mínima de 8 cm; luego presionar la tierra alrededor del tallo y regar hasta dejarla húmeda; colocar la maceta en un lugar húmedo y luminoso evitando el sol directo. La temperatura ideal para criar esquejes de rosas es entre 18 a 21ºC; una vez que hayan salido las raíces, se trasplanta cada esqueje a una maceta individual.