Héctor Bidonde: “Hacemos eje en los privilegios de la función pública y política”

Con pasado –y presente- de actor, Héctor Bidonde se presenta como candidato a Jefe de Gobierno por Nueva Izquierda/MST. Recibe a Pura Ciudad  para una charla exclusiva en su teatro del barrio de Paternal donde, afirma, “se gestó mucho de Autoderminación y Libertad”, el partido que lidera Luis Zamora. El rol de la militancia, el papel de los actores en la política y una visión del votante porteño conforman algunos aspectos de una entrevista que incluye una crítica a la propia izquierda.

-Héctor, ¿cómo surge la posibilidad que sea usted candidato a jefe de gobierno?
– Tiene que ver con mis últimos quince años de historia. Después de que abrí el teatro y que apuntaba a instalarlo, acompañé a Luis Zamora en el 2001 cuando salió diputado nacional. En el 2003, me convoca pero ya con una posición más expectante. Autodeterminación y Libertad se creó, buena parte, acá en el teatro y en mi casa. Salgo electo y dejo mi carrera por cuatro años. Lo tomé como un servicio y como un aprendizaje que me debía. Era una deuda el meterme en la institucionalidad. Pensé que iba a tener un desarrollo que no tuvo y vino la clausura de mi teatro Paternal. Mucha gente pensaba que me había dedicado solo a la política. Casi no había tenido participación como actor, salvo en el teatro. Pasaron los años y llegó Nueva Izquierda y el MST. Me pareció correcto integrarme tal como lo había hecho antes a AyL. De pronto, los compañeros me plantearon la idea de postularme. Hace cuatro años que estoy trabajando como asesor de Alejandro Bodart.

-¿Cuáles serían las medidas que tomaría si es electo jefe de Gobierno de la Ciudad?
– Tres decisiones puntuales, como medida de arranque. Lo primero en lo que hacemos eje es en el tema de los privilegios de la función pública y política. Creemos –y esto lo planteó Alejandro- que lo mismo que una directora de escuela con diez años de antigüedad, es lo que tendría que ganar un jefe de gobierno de la Ciudad. El uso del hospital público, aún sabiendo que tenemos una prepaga u obra social, requiere una transformación muy grande. Cuando se pueda usar, hay que hacerlo. La educación pública es fundamental. Los subsidios a la educación privada tienen que terminarse. Todo esto formaría un primer núcleo de privilegios de la clase política. El tema de educación requiere una revisión muy profunda así como la mejora del hospital público y de la vivienda.
Desgraciadamente, no se ha podido formar un movimiento de izquierda amplio. Sé que hubo momentos que parecían ser brillantes como el interbloque de la Legislatura en el 2004 cuando tuvimos doce legisladores. Parecía que era nuestro momento pero duró lo que un suspiro. Estabamos saliendo de la crisis 2001-2002 y se adaptó al juego del nuevo gobierno. Hubo entonces una fragmentación importante.

-¿La izquierda está fragmentada o como dicen por ahí, con “mucho cacique y poco indio”?
– Mirá, la evidencia es que hay que reconocer que el FIT ha tenido una representación importante en las elecciones anteriores. Si uno suma y ve como se han ido dando algunos movimientos, el caudal de izquierda y centro-izquierda es muy fuerte. Nosotros no pasamos las PASO últimas por cuatro mil votos, que es lo que estamos luchando, y garantizar que la izquierda tenga una representación lo más amplia posible. Hay mucha representación de la derecha y centro-derecha pero con una fragmentación en la izquierda. Lo que ocurrió el sábado en Gualeguaychú con la UCR y puertas adentro el FpV y el PRO lo certifican. Desgraciadamente, no se pudo conformar un gran frente como uno hubiera deseado para las PASO. Hemos tenido diálogo con muchos compañeros de distintos partidos que, cuando peleamos por reivindicaciones, estamos hombro con hombro. ¿Qué pasa arriba? Hay muchos prejuicios para vencer.

-¿El electorado porteño vota a cualquiera con tal que no sea un peronista o un izquierdista?

– Depende. Mirá, nadie hubiera pensado que el FIT hubiera sacado lo que sacó en Salta o Mendoza o el crecimiento de la izquierda, ya sea dividida o unida. En el peronismo ocurre otra cosa. Creo que es un fenómeno de toda la vida. Perón-Cámpora, las peleas Perón-Bramuglia, Perón-Mercante o Perón-Cooke. No quieren tener lo mejor o algún tipo de sucesor. ¿Quién es el mejor representante en Buenos Aires, Taiana? ¿Filmus? ¿Se ha dedicado el peronismo a buscar algún sucesor? ¿A quién va a dejar? ¿A Máximo? Mi discusión con los kirchneristas es “hagamos una fórmula y el 20% de crítica que tiene la izquierda, pónganselo ustedes al cristinismo”. Es imposible. No pueden. Hablen de lo que es la excelencia y la transparencia en la función pública, el derecho a la información, la corrupción. Hablen del IVA y la renta financiera. ¿Dónde vamos a quedar?

-¿Qué le diría al simpatizante de izquierda para que vuelva a votar a la izquierda?

– El kirchnerismo tiene votantes que vienen de la izquierda y no del peronismo. El relato ha sido hábil. Kirchner fue un tipo habilísimo y ha ido construyendo la realidad. Le diría esto que te acabo de decir, más todo lo que un tipo de izquierda tiene adentro, en su inventario. El tema de la participación. Mi primer contacto con la izquierda fue a los 20 años, en el 57. Siempre estuve acompañando aún haciéndole juicio al Proceso, en el 76. Era un tipo que había tenido su militancia gremial y con los Derechos Humanos, por lo que fui cesanteado en la municipalidad de Buenos Aires, en la que entré en 1969 hasta el 76. 18 de agosto por el artículo 6 de la ley antisubversiva. Había sido agregado gremial entre el 72 y el 74, en el mercado del Plata. Esto no me lo cuelgo como una medalla sino que me indigna. ¿Por qué tengo que aguantarle a Luis Zamora que todos los diputados que expulsaron del partido, no fueron invitados a las reuniones –y no hablo de la plata, como lo hablo en la carta-.? Todos los diputados que fuimos expulsados del partido, a mis empleados se les prohibió dar la dirección donde se hacía el plenario, por el cual nos echaron. Fueron expulsados todos del partido en ausencia. Hay que hablar de eso…¡Y nos decían robabancas! ¿Qué robabancas? ¡Qué democracia! ¡Autodeterminación y Libertad, las pelotas!

-¿El votante porteño le tiene miedo a la militancia?
– Si pero no es miedo. La militancia es un laburo. El 22 de febrero me fui a Once a leer pero ¿vos crees que me pagan? ¿me dan el choripan María Lujan y Paolo? No. Cuando iba a dar vueltas con las Madres, ¿Qué te daban? Nada, y encima corrias peligro de vida. La militancia es un laburo. No es miedo, es pereza intelectual y física y no compromiso. No se discuten las casas. ¿Cómo no vamos a poder hablar en casa de política? Fijémonos sobre quñe bases porque vamos a descubrir que el meollo de la cuestión es que se discuten boludeces

-Usted habla de la discusión y el electorado porteño se queja de CFK, de la izquierda que corta calles y que, a su vez, no tiene ninguna propuesta…
– Y después votan a Macri. No hace nada y es absolutamente razonable. La militancia es un laburo. Estoy hace años tratando de convencer a los intelectuales –ok, nunca hice una convocatoria a nivel nacional- pero me interesa que se discuta sobre la Ley de Cultura de Buenos Aires –de la que voté en contra y fui el único- y sin embargo, creo que tiene herramientas extraordinarias como el Congreso de la Cultura y una comisión asesora que puede ser un instrumento fantástico para que no aparezcan los polos como el polo de Audiovisual y regalarle a Pol-ka el Dorrego, el distrito de las Artes en Barracas y La Boca para que se vayan los alquileres por los cielos o el Polo Farmacéutico. Son todos polos inmobiliarios y de negocios. ¡Militen, viejo! ¡Estudien y rómpanse el culo! Lean la Ley de la Cultura. Justamente eso lo hubiera impedido un Congreso de la Cultura. Preguntaría, ¿por qué 300 manzanas, desde Defensa hasta acá, un polígono extrañísimo como polígono de las Artes? Si las productoras ya estaban en Palermo, ¡no inventaste nada! Y ahora le vas a regalar a Pol-ka el Dorrego. ¿Por qué? Ahora cambiaron. No se lo van a regalar sino que se lo van a dar en comodato pero lo va a devolver en 30 años. Ni quiero imaginar lo que van a entregar. Te hablo desde el punto de vista que uno no es un dogmático ni un loco.

-¿La izquierda no peca de dogmática?
– Hay una parte que si, que es muy dogmática. La izquierda ha tenido épocas muy comprometidas con eso, tal como fue el stalinismo o lo que es hoy buena parte de la porción mayoritaria del FIT. “No queremos a nadie” y después se cagan a puteadas con el PTS. Va a terminar rompiéndose al pedo. “No, no. Ya estamos nosotros. Vengan, pónganse en la cola y si pueden, disuélvanse”. ¡Dejate de joder!

Si bien puede sonar bien, hay algunas cuestiones que atrasan años por el tema del dogma.
– No coincido con que la izquierda dogmática sería un sujeto de nada porque al lado del dogmatismo del gobierno nacional, no es tanto. ¡Que me expliquen los Kirchner de dónde carajo sacaron la guita! Los negocios de De Vido, Jaime, Cirigliano, Lazaro Baez y demás. Negocios escandalosos. No puede ser que nos tomen de boludos…pero la gente se encandila. Se distribuye un poco de guita y promesas. Además la gente está muy ocupada rompiéndose el culo con sus propios problemas familiares y personales. Por eso, no dejo exenta la responsabilidad pero todos los gobiernos deberían tomar –pero nunca lo hacen- ejemplos. Acercate a la gente, andá al hospital público y ganá 25 mil mangos por mes, te va a alcanzar.

-¿Cómo ve la estigmatización de colegas suyos por su filiación política? Le pregunto porque usted es crítico tanto del gobierno nacional como del de la ciudad.
– Si tengo que hablar por mi ombligo, me parece una señal de inmadurez que ya entraría en un plano cultural. Iría más allá de lo coyuntural. Si vas al folklore, íbamos a comer con la familia y se decía “no se habla de futbol, religión ni política”. Esto es cultural y tiene maneras de distenderse y tensarse. Cuando uno entiende lo que es la política, sabe que está metiéndose en un terreno muy profundo. André Malreaux decía que “la cultura es aquello que queda después de haber olvidado lo que se aprendió”. Aprendes mil cosas y de pronto, te quedó un núcleo primordial –no se si esencias- pero hay cosas que uno no cambia. Si uno no se forma y educa en lo que es la cultura política, podes perder los estribos en dos minutos. Todo esto coincidió con la batalla por la Ley de Medios, que bienvenido sea esto con enfrentamiento con sectores de poder más grande. Tiene que ver con una masa crítica.

-¿La acusación a los actores de “ser comprados” no es agresiva?
– Si, es cierto. No hay evidencia de los procesos o procedimientos que dieran lugar a la realización de ciertos beneficios o subsidios como ha habido a la formación de productoras que son coyunturales pero que aparecen en un momento determinado. Para la suspicacia de la gente, si uno lo quiere ver mal, seguramente lo verá mal. Para hablar, hay que saber de qué se trata. ¿Por qué fue beneficiado? ¿Por un pedido, una convocatoria de un canal o los créditos y subsidios del Instituto para una película? Hay que conocer e ir a las fuentes. Hay investigaciones pendientes pero no hay ninguna definición firme de la Justicia. No se comprobó que haya delito. Cuando se expida la Justicia, uno tendrá autoridad para decir “ocurrió esto”.
Con la tradición que hay de la mezcla de la política con el arte y la mitología que hay en Argentina, con más o menos fanatismo o razón. Un cachetazo dado a alguien y gente que se tuvo que exiliar de verdad, cuando aparece un síntoma parecido a eso, muchos actualizan y reinstalan el mito. “Viste? Esto es igual de lo que pasaba antes!”. Y no es así ni funciona de ésa manera. Lo que no hay duda es que los gobiernos –nacional y de la ciudad, han gastado en publicidad cifras siderales, con más o menos aciertos y eficacia. Al devenir de lo que significa el poder y la fuerza de los medios, ha tomado un cuerpo muy grande.

– Hace poco, en “Intratables”, Raúl Rizzo tuvo un enfrentamiento con Paulo Vilouta por el tema que “les dan subsidios y nunca estrenan las películas” ¿Vió ese cruce?
– Raúl se manejó mal con eso. Si a la primera discusión, le decis que es una “perversa” a una periodista de 25 años de trayectoria, como Romina Manguel, no tenés retorno. Se te pianta un engranaje y tenés que reubicarte. Sin duda que lo de Vilouta es objetable, en el sentido que no es “se estrena la película y los subsidios”. Hay conocer muy bien todo. Lógicamente Raúl se enojó con razón porque el argumento de Vilouta es muy débil. Sabía que iba a ser objeto de preguntas en las que había saber ubicarse al respecto. Igual, más allá de tener posturas políticas diferentes, a Raúl lo conozco, lo respeto y lo quiero. En algún momento, hemos mandado a nuestros hijos al mismo colegio, al Normal 13 y nos quedamos una noche, cuatro horas hablando de política. Discutiendo bien. En ese sentido es una pena ver a una persona, en el ámbito de un programa político-popular-chimento-social. ¡Es inclasificable. Asi como en la literatura que se inventan géneros, pasa lo mismo en la tele. ¿Qué carajo es? ¿Un magazine? ¿Un programa político? Ahí saltaron las distintas categorías de panelistas –otro invento-¿Quién carajo son? Hay uno o dos que saben –más allá de coincidir o no con su opinión- y el resto, chicanean o meten opiniones personales-. Cuando se mezcla gente que estudia como el pibe Viale, que ha estudiado, con opinadores o gente para blanquear historias, es muy delicado. El pibe que conduce maneja todo, con su postura donde él tiene acuerdos con su producción. Cuando siente que se le tira la cuerda, afloja y viene el momento sensible. “Uh, estamos acá con una madre del dolor. Vení, dame un beso” y después, corta y vuelta a los temas más difíciles.

-Si a usted lo invitan…
– No se…me tendría que sentar con la producción, no para poner condiciones pero estoy en una campaña por una postulación, no tendría que hacerle asco a nada. A donde vaya, querría pensar, razonar y tener fundamentos y espacio para debatir.