Gustavo López: “Soy kirchnerista y alfonsinista, lo cual no es incompatible”

Exclusivo. El subsecretario de la Presidencia juega sus fichas para ser jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con ideas fuertes y bien definidas. Se diferencia respecto a la concepción macrista en torno sus objetivos. Explica porqué tiene diferencias “conceptuales” con Macri y porqué son “irreconciliables” al tiempo que dice cuales serían sus prioridades en caso de ser electo jefe de gobierno. También se refiere al carácter “endogámico” del kirchnerismo y critica al radicalismo.

-Gustavo, ¿Vas a ir a las PASO a competir?
– Si, vamos dentro del Frente para la Victoria por varios motivos. Primero porque formamos parte del Frente, con Forja que es mi partido, Solidaridad + Igualdad que es el partido de Carlos Raimundi, MILES que es el partido de D’Elia y José María De Bello y todas las fuerzas que no estan acompañando. Nos hemos inscriptos para presentar candidaturas para Jefe de Gobierno, legisladores y comuneros. Después, nos parece estratégico que el FpV haga unas PASO después de haber perdido las elecciones en el 2013, frente a UNEN, que ganó la competencia interna. Además, tanto el PRO como ECO van a hacer una competencia atractiva dentro de la Ciudad. El miércoles salió una solicitada en Página/12 donde tengo un fuerte acompañamiento de los sectores de la cultura y sectores políticos que te nombré. También incluye la adhesión de quince intendentes del interior del país y diputados nacionales asi como una veintena de organizaciones sociales. Nuestra construcción es horizontal, transversal y de abajo hacia arriba. Heterogeneidad que construye en tanto es homogénea en su pensamiento pero heterogénea en su origen.

-Hay interés de hacer una lista única….
– Si estamos todos incluidos, estaremos de acuerdo, sino iremos a unas PASO y haremos nuestras propias listas.

-Tenés candidatos fuertes dentro del FpV….
– Si, pero esa pluralidad es la que nos va a permitir sumar. Si yo represento a un sector, la Cámpora a otro, Ibarra a otro y Nuevo Encuentro a otro, entre todos, la sumatoria nos va a permitir llegar al ballotage. Pretendo ganar las PASO –por eso me presento- pero si las pierdo, acompañaré sin ningún problema.

-¿Cuales son, concretamente, tus ideas para la ciudad?
– Queremos construir una ciudad más justa, inclusiva e igualitaria porque en la ciudad más rica del país, las diferencias estructurales entre el norte y el sur son escandalosas. En Balvanera, un chico tiene el doble de posibilidades de muerte antes del año de vida que otro de la zona norte. Esto se llama desidia e injusticia, lo cual es algo terrible. Y no es que no se tienen los recursos sino que tienen una política de mercado, el cual decide la inversión. En los últimos diez años, la construcción en 20 millones de metros cuadrados siendo el 90% de Rivadavia hacia la zona norte. Por ende, el norte va a ser nueve veces más rico de lo que era antes, respecto del sur. Esto es desigualdad.
Nosotros proponemos construir sobre otros valores. El Estado en lugar del mercado, los derechos en lugar del negocio. Queremos realizar un fuerte shock de inversión en materia de infraestructura. Construcción de 7 mil viviendas por año para los sectores medios y bajos, al costo en terrenos propios, financiados a 20 años por el Banco Ciudad. También planteamos la urbanización de las villas.
En materia hospitalaria, mientras se recompone la infraestructura -creemos que la salud es un derecho y no un negocio-, le vamos a cubrir a aquellos que no tengan obra social, la cobertura con obras sociales a través de convenios que se realizarán con estas. Siempre en condiciones igualitarias. Mientras el hospital se arregla, va a ir a un sanatorio privado pagado por la Ciudad.
En Educación, vamos a generar las escuelas que hagan falta y empezar a discutir actualizaciones permanentes del sistema educativo. Siempre con fuerte inversión pública en los sectores más postergados.

-¿La inversión se hace pero no para los lados que corresponde?
– La inversión es escasa respecto al ingreso de la Ciudad. Es baja y la direccionan 8 a 1 en el norte. Por ejemplo, los paso a nivel –los “sapitos”-, están muy bien. De 12 que inauguraron, 10 son en el norte y 2 en el sur. Esa es la desigualdad. Igual la inversión es baja respecto del PBI en la Ciudad. Hay poca inversión y la poca que hay, es más en el norte que en el sur. El Metrobus está en el norte y eso que no es una inversión de infraestructura importante sino la realización de un carril exclusivo para colectivos. Caro pero exclusivo. Canales aliviadores también están en el norte. Las obras del sur se hicieron hace diez años y ni siquiera se terminaron las del arroyo Vega.

-¿Que tiene que hacer el FpV para superar ese techo del 23% que tiene en CABA?
– Competir libremente en las PASO. Ese es un buen método. Todos los espacios políticos formamos el conjunto. El kirchnerismo tiene varias cosas, más allá del liderazgo político que es el de Cristina. Hay diversidad y movilización. La diversidad se la dan el peronismo, el radicalismo, el socialismo, la gente de izquierda, que conforman al kirchnerismo. La movilización la da la militancia. Si uno no hace PASO abiertas para la participación de todas las expresiones, achicamos. Cerras lo más rico que tenes, que es la diversidad y la militancia. Y nosotros necesitamos agrandar.

-¿Crees que al vecino porteño le interesa la militancia y la participación política?
– La militancia te da movilización. Llegar al vecino a través del volante en la mano. Segundo le das alternativa. Si en el PRO o ECO le das alternativa, dáselas en el FpV. Esa alternativa va a ser la que haga que la gente nos venga a votar adentro…

-El vecino es medio desconfiado con la militancia….
– Lo miran con desconfianza pero es la mejor herramienta que tenemos, el tener a la gente participando, con alegría, en la calle. Veamos, ¿cómo haces para llegar a todos los vecinos? Si tenes mucho dinero –como el GCBA-, será a través de la televisión, la radio, el llamado telefónico, etc. Si no tenemos los recursos económicos, tenemos a la militancia donde cada barrio podemos tirar un folleto por debajo de la puerta o plantear el debate en la esquina de la casa. Esto sirve y mucho. Nos pone a nosotros en movimiento y en la calle, con diversidad. Pero además nos permite llegar a todos.

-Si te pregunto por las comunas.
– Nos interesa profundizar la descentralización con una aplicación fuerte de la Ley de las Comunas. Éstas deben tener decisión política y poder económico. os consejos consultivos deben tener voz y voto. Queremos volver al presupuesto participativo. Que se discuta en la comuna como se van a utilizar los recursos. En ese caso, habrá quince pequeñas ciudades. Por lo que el jefe de Gobierno deberá recorrer los barrios, hablar con los comuneros y participar con los vecinos. Si para cambiar una lamparita tenemos que ir a Bolivar 1, estamos en un problema.

¿Tu postura frente al tema de la Seguridad?
– Tiene que ver con una política general de infraestructura. Tiene que ver con educación y cultura asi como participación ciudadana. Por eso hago hincapié en las comunas. Hay experiencias interesantes de participación ciudadana en seguridad que hace el gobierno nacional. Se trabaja con la Policia, la Gendarmería o alguna otra fuerza, en el barrio, con los vecinos. Si la sociedad es ajena al combate del delito porque lo delega en la Policia, estamos en un problema. Mi compromiso es bajar al barrio, participar de las mesas de seguridad ciudadana y dialogar con las organizaciones de vecinos. El trabajo de barrio x barrio es darle seguridad al vecino, para que juntos avancemos en el combate del delito. A eso hay que dotarlo de educación, cultura e infraestructura. Queremos una policía de proximidad, que trabaje en este ámbito. Hay policía de proximidad en algunas villas. Van armados porque son policías pero tienen un entrenamiento especial para que la resolución del conflicto sea a través del diálogo y no a través del palazo.

-¿Le reconoces algún mérito a la gestión de Mauricio Macri?
– Tenemos una visión diferente del Estado, de su concepción. Esto nos separa. Si no tengo que discutir obra por obra. Me puede gustar la bicisenda –la queremos profundizar y discutiremos si es más ancha o más angosta, con doble carril o no-, el Metrobus –aunque el tema del transporte lo debe resolver el subte- o los paso bajo a nivel pero no está bien la política del mercado por sobre el Estado. Como es el mercado el que invierte, los negocios no hacen beneficencia y asi crece la desigualdad. No alcanza con que se mude el gobierno a Barracas porque la inversión inmobiliaria hace tan cara el metro cuadrado en la Ciudad, que expulsa al vecino de clase media-baja o baja. Pero esto no es solo de Macri sino una tendencia mundial. Si no tenes una fuerte intervención del Estado municipal en la generación de las condiciones de igualdad y sostener la habitabilidad de todos los sectores, terminas expulsando a la gente. El trabajo de integración debe hacerse desde el Estado. Si se lo deja librado al mercado termina siendo un negocio. Por eso, cuando me preguntas que rescato de Macri, lo primero que te digo es que tengo diferencias conceptuales. Estas diferencias conceptuales han generado una ciudad muy injusta. Muy bien en el norte y muy mal en el sur, sobre todo en el sur-sur. Por eso, las diferencias conceptuales son irreconciliables. Obviamente que cuatro o cinco medidas las haría cualquier gobierno pero ¿qué le critico? No hay política de hábitat, no hay viviendas sociales, no hubo urbanización de villas y tampoco hay acceso a la vivienda por parte de la clase media. En eso centraría parte de las medidas que tomaría. Esto tiene que ver con la integración, los derechos y el vivir bien en la Ciudad.

-¿Cómo ves al vecino de la ciudad?
– Lo veo bien. Ha votado progresistas como Alfonsín o Ibarra asi como opciones conservadoras como Macri. Depende de las condiciones generales del país pero tampoco está exenta de algo contradictorio. Cuando la política general económica está bien, el porteño vota conservador pero cuando está mal, vota progresista. La crisis del 2001 tuvo una salida progresista pero la bonanza del 2007 y 2011 tuvo una salida conservadora. Podría decirse que pasó lo mismo en las grandes ciudades.

-No hay nada peor que un progresista asustado….
– Exacto. Fijate que la gente que golpeaba las puertas de los bancos en el 2001 porque le habían robado la plata en el marco de una década neoliberal, termina votando a un neoliberal cuando está mejor. Son cuestiones de la política. Hay que hablarle a la gente y decirle que si vota a un presidente neoliberal, vamos a volver a ese círculo. Además, si el porteño se queja de los okupas y demás, se soluciona generando viviendas y no moliéndolos a palos. Es generando condiciones de igualdad y no de desigualdad. El robo, el arrebato, la inseguridad es por las condiciones de desigualdad. Después que se generan las condiciones de igualdad, el que roba tiene que ir preso. Eso seguro, pero generá condiciones para darle la oportunidad a todos para que puedan vivir en mejores condiciones.

-¿El kirchnerismo no peca de ser endogámico?
– Mirá, la construcción de mi candidatura apunta a sumar más votos por afuera. Primero tengo que ganar las PASO, por lo que en la primera parte de la campaña, el discurso va a estar dirigido hacia los propios. Pero por la construcción política que hemos hecho y mi propia personalidad, tenemos un discurso amigable con los otros. Con los propios no nos alcanza. Espero ganar las PASO pero no voy a cambiar la orientación del discurso sino que el modelo de construcción es más amigable para los otros, ya que mi modelo es transversal.

-¿No radicó ahí el gran error del kirchnerismo en las últimas elecciones?
– Si, totalmente. Por eso, en el 2013 perdimos el senador. UNEN hizo unas PASO con cuatro candidatos y nosotros fuimos con una lista única. Perdimos a Filmus como senador que fue un gran senador. Se quedó afuera porque solo nos votamos entre nosotros. Con las PASO creemos que se debe resolver.

-Si por la puerta de este despacho entrase el pequeño Gustavo López que empezaba a militar, ¿qué le dirías?
– Que valió la pena. Empecé a militar a los 16 años, cuando iba al colegio secundario, el Nacional Buenos Aires. Eran épocas muy turbulentas como 1973. Empecé en la juventud radical revolucionaria. Me gustaba Alfonsín pero también Salvador Allende. Creí siempre en el cambio por via democrática. Ojo, esto no significa ser ingenuo. Lo que digo es que siempre fui muy alfonsinista –lo sigo siendo- pero también digo que Alfonsín perdió la pulseada con las grandes corporaciones. En mi caso, tanto Néstor Kirchner como la presidenta Cristina Fernández de Kirchner me devolvieron la ilusión por la política, por eso estoy donde estoy. Soy alfonsinista y kirchnerista y no creo que haya contradicción al respecto. Todo lo contrario. Hay una constante del pensamiento nacional que se expresó con Yrigoyen, Perón, Alfonsín y ahora con el kirchnerismo. Le diría al pequeño Gustavo López que valió la pena. Fui parte, con mi pequeño granito de arena en los procesos de transformación; primero en recuperar la democracia y ahora en transformar al país.

-¿Te decepcionó el radicalismo?
– Si. Totalmente, pero no es la primera vez que sucede. En los 40, fue antiperonista y propició el golpe. No entendía al peronismo. Recién lo entendió en el 72, con el abrazo entre Perón y Balbín. Si Alfonsín hoy estuviera vivo, el radicalismo estaría en otro lugar. En la oposición –Alfonsín creía en la separación de los partidos políticos- pero apoyaría las grandes medidas de transformación.

-Tras la convocatoria del 1M, hubo quienes dijeron que era todo “comprado”, el “chori” y demás ¿Una parte de la sociedad sigue sin entender al peronismo? ¿O no lo quiere entender?
– No lo entiende porque en realidad, no cree en la democracia. Cuando la democracia significa, entre otras cosas, que la gente vote y decida quien lo gobierna, no es lo único. Hablan de república y división de poderes. Hay república y división de poderes. Esta presidenta se bancó denuncias, nunca intervino un juzgado, no persiguió a ningún juez ni cerró ningún diario. Dos veces el ex vicepresidente votó en contra y el Congreso siguió funcionando. Hay debate político. Lo que no nos comemos son las operaciones que se hacen. Cuando nosotros desnudamos la cara del poder, ellos se ponen nerviosos. Carlos Raimundi dijo en una radio que “antes, el poder estaba arriba y atrás de los partidos políticos. La gente, cuando había un fracaso, le echaba la culpa a la política. Ahora, el kirchnerismo puso al poder en el mismo nivel y muestra cuales son los intereses”. Aquellos que responden a los intereses no es que no comprenden al peronismo sino que nunca se acostumbraron a la democracia participativa y popular. Son los hijos de los conservadores que derrocaron a Yrigoyen, que bombardearon la Plaza de Mayo en el 55 y que apoyaron el golpe de Videla. No son todos pero la esencia, el núcleo duro, son esos. Los nuevos tanques, ahora, son los medios de comunicación que convencen a una parte de la población que la gente va a la Plaza por “el chori y el vino”. No ven que la gente va a defender un proyecto. Si se suben a un colectivo es porque entienden el término “colectivo”, no como medio de transporte sino como construcción del conjunto.

-No hay nada peor que un pobre desclasado…
– Eso fue lo que generó el menemismo. Gente que había perdido su condición de pertenencia a la clase obrera. Entonces, la única expectativa que tenía era cartonear o robar.

-Qué te generó el discurso de Macri del domingo?
– Poco y nada pero esto porque partimos de visiones del mundo y del país diferentes que tenemos. Dice que el país está aislado pero la Argentina nunca estuvo mejor en los últimos 40 o 50 años relacionados con el mundo. Se nos cae un comprador y no se nos cae el mundo. No dependemos ni de Estados Unidos, Europa o China en el comercio exterior. En todo caso, tenemos un 25 % en cada uno. Es una visión estratégica diferente a la de Macri. La nuestra es desendeudarnos, inversión en infraestructura, autoabastecimiento. Todo lo contrario de lo que hizo Macri en la ciudad que es sumisión al imperio. Cuadruplicó la deuda externa de la Ciudad sin obras de infraestructuras. Su discurso es de promesas vacias. Ahora está haciendo una propaganda diciendo “Que bien que se está en Buenos Aires con la bicisenda”. Si, pero construí viviendas que es un problema importante que tenemos. Nosotros queremos atender las dos cosas.