Columna de opinión: Francisco cierra grietas en el mundo, Durán Barba las abre en Argentina

Como católico, jamás ofendería al líder espiritual de otra religión, y mucho menos tratándose de un militante por la paz como lo es nuestro Papa Francisco, que de verdad está empeñado en unir a los pueblos y predicar por el bienestar de las personas en todo el mundo.

Los dichos de Jaime Durán Barba son una falta de respeto a Su Santidad, pero sobre todo a los creyentes, y no sólo de Argentina, y no sólo católicos.

Hace poco, este “gurú” electoral, que en sus libros se jacta de llevar hasta el suicidio a sus adversarios políticos mediante la campaña sucia, elogió a Aldofo Hitler, y por lo que parece, está empecinado en no dejar de sorprendernos para mal.

Sus anuncios sobre el aborto son una ofensa por lo oportunista, más allá del debate de fondo, sobre el que tengo opinión formada pero también respeto la de otras personas. Considero que es un debate profundo que tenemos la dicha de poder plantearlo en el marco de la democracia, las instituciones y la soberanía.

Pero es altamente preocupante que las decisiones de un presidenciable como Mauricio Macri estén condicionadas o dirigidas por este verdadero monstruo, que cobra servicios como asesor político y, siendo un extranjero no residente, pretende decidir sobre nuestro destino.

Y por más que Macri intente desligarse, está claro que últimamente el jefe de Gobierno ha pasado más tiempo desmintiendo a sus colaboradores y a sí mismo que planteando propuestas concretas para la Argentina que viene.

Si el Papa Francisco no mueve votos, como sostuvo este señor, quizás lo sepamos este domingo en las urnas. Ahora bien, sí los votos del candidato Macri los “mueve” Durán Barba, tenemos mucho para cuestionarnos como sociedad.