Escritores argentinos recomiendan libros para leer durante este verano

Los escritores Fabián Casas, Mempo Giardinelli, Ana María Shua, Guillermo Saccomanno y Alejandra Zina recomiendan lecturas para estas vacaciones que van desde tramas delicadas y relatos góticos y terroríficos hasta universos imaginarios.
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El escritor Fabián Casas, autor de Ocio y Los Lemmings, recomienda Paraísos (Random House Mondadori) de Iosi Havilio porque “es un escritor notable que parece haber surgido de la nada. Todas las novelas de Iosi son extraordinarias”.

El trabajo (Tusquets) de Aníbal Jarkowski es su segunda sugerencia. “Lo acabo de leer y me dieron ganas de ir por sus libros Rojo amor y Tre`. El trabajo es una novela inquietante sobre la década más hermosa de nuestro país, los 90”.

La presentación de Alejandro Caravario (Emecé) tiene, para Casas, una “prosa altísima, perfecta, para una aventura disparatada, que sirve para reflexionar sobre los realitys, las filmaciones de sexo caseras y todas esa estupidez en la que caímos cuando abandonamos la vida privada”.

Ana María Shua, reconocida escritora y recopiladora de relatos y leyendas universales, sugiere Cámara Gesell (Planeta) de Guillermo Saccomanno. “Es una novela sin concesiones. Como en una cámara, donde se mira sin ser visto, Saccomanno desnuda con inteligente crueldad las mentiras cotidianas de esta Peyton Place, una `caldera del diablo` argentina donde nada es lo que parece ser. ¿Cómo en la vida? Un festín de literatura”, remata.

Shua también apuesta por la novela Mapas (Paradiso) de Gabriel Bellomo.”Quien no haya leído a Bellomo se está perdiendo una voz originalísima. Con una prosa exquisita y una refinada percepción de sentimientos, sensaciones y paisajes, nos propone esta historia apasionante que sucede en San Juan y en Marruecos. El viento y la memoria se combinan para entregarnos una trama delicada y precisa al mismo tiempo”.

Saccomanno fue otro de los consultados, quien sugiere El último joven (Seix Barral) de Juan Ignacio Boido. “Más que un libro de cuentos, es un corpus narrativo que puede leerse como una novela atomizada. El amor, las pérdidas, la memoria y el duelo enfocadas desde la perspectiva de un avezado discípulo local de Scott Fitzgerald”.

Para el escritor, la novela de Boido es “una prosa personal, depurada, tersa, con una sutileza poética, por sus climas, su capacidad para registrar lo onírico. La opera prima de un escritor que arranca con una madurez poco frecuente”.

La última novela de Eduardo Belgrano Rawson El sermón de la victoria (Planeta) está basada en un hecho real y se centra en una historia de injusticia y corrupción. “Esta novela impone, a la vez, reflexionar sobre el panorama literario actual. Sin bajada de línea, pero sin temerle a la denuncia, apela a la comprensión y también a una toma de partido por la verdad”, cuenta Saccomanno.

“El caso del pibe acusado de un crimen inexistente denuncia tanto los entresijos oscuros de la violencia policial como los signos hipócritas de una sociedad provinciana. Sin desdeñar lo coloquial, Belgrano Rawson, con su estilo inconfundible, construye desde lo particular, un reflejo de lo colectivo. Una desgarradora metáfora de nuestro país.”, explica.

Finalmente, sugiere Los peligros de fumar en la cama (Emecé), de Mariana Enríquez quien, para el escritor, es “una de las cuentistas jóvenes más deslumbrantes”.

Enríquez, dice Saccomanno, “tiene la virtud de meterse en lo barrial cotidiano y entrarle sus zonas más recónditas y negadas. Con una eficacia apabullante, sus cuentos indagan, penetran y proponen un bisturí reflexivo sobre la superficie de lo real. ¿Cómo contar en clave gótica un cuento con víctimas de la dictadura apelando a un humor vitriólico? En uno de estos cuentos está la clave”.

Mempo Giardinelli, autor de una decena de novelas, aconseja a los lectores veraniegos los libros publicados en 2012 de Angélica Gorodischer, en particular “dos magníficas novelas: Las señoras de la calle Brenner (Emecé) y Tirabuzón (Fundación Ross)”.

Pero destaca una nouvelle “para lectores agudos”. Se trata de Cruce de caminos (Atlántida), que relata “un fantástico encuentro en el gorodischeriano e imaginario Bar Burgundy, de Rosario, entre Kublai Kahn y Marco Polo, al que asiste la autora desde otra mesa. Una joyita”.

Nadie acabará con los libros: un diálogo entre Umberto Eco y Jean- Claude Carrière compilado y editado por André Kertész y publicado por Lumen es, para Mempo, un libro “lleno de sabiduría, ocurrencias y brillo. Lo gocé de punta a punta, más allá de que no coincido con algunas de sus hipótesis sobre la lectura”.

Por último, apuesta al tiempo y la paciencia del verano y recomienda “adentrarse en la impresionante biografía de Virginia Woolf que escribió Irene Chikiar Bauer y editada por Taurus. Una delicia”.

Alejandra Zina invita a leer Mundo Porno de Juan Manuel Candal (Interzona). “Es una novela donde se cruza la ficción, la crónica y la autobiografía. Un chico no tan chico, de clase media, con altas aspiraciones artísticas y un noviazgo que tambalea tanto como su economía, llega al cine porno por desesperación. Ahí conoce a un director amateur con quien aprende el ABC de la industria y sus más variadas miserias”.

Para la autora de Barajas, el lenguaje de la novela de Candal es “desinhibido, preciso, generoso en imágenes y diálogos. Sin ostentación, o con la ostentación propia de un género que nació para exhibirse”.

“Mientras leía Humo rojo (Edhasa) de Perla Suez, cuenta Zina, no dejaba de pensar que la vida de mis abuelos ucranianos-rumanos debió parecerse bastante a la vida del matrimonio Kohler, llegados a la Argentina profunda a principios del siglo XX. La pobreza, la provincia y el desarraigo en la prosa encantadora de Suez se ve, se huele y se oye. Una mano suave acariciando lo áspero”.