En un informe pedido por el GCBA, el Banco Mundial alertó por la falta de extensión del subte porteño

De todos modos, reconoce la inversión hecha por la administración de CABA.

El Banco Mundial alertó por la falta de extensión en la red del subte porteño. La entidad lo dejó manifiesto en un informe solicitado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 2021 y presentado en junio de este año para analizar el transporte en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) tras la llegada de la pandemia de Covid-19.

“El sistema del subte se ha beneficiado de un amplio esfuerzo de planificación, que incluye varios planes y leyes, que el Gobierno de la Ciudad y SBASE (la empresa pública que gestiona el sistema) encargaron. Sin embargo, algunos de los planes han sufrido importantes retrasos en su ejecución. Por ejemplo, la Ley 317-1999 encargó la construcción de la Línea H; sin embargo, la línea no entró en pleno funcionamiento hasta 2019”, expone el informe.

“Asimismo, aunque la Ley 670 de 2001 autorizó la construcción de las líneas F, G, I, a partir de 2022 los procesos de licitación para contratar la construcción de estas líneas aun no han comenzado. Además, ninguno de los planes del subte incluye la extensión más allá de los límites de CABA”, suma.

“Sin embargo, en las últimas dos décadas, el sistema de subte sí se expandió, principalmente a través de extensiones de líneas existentes. Entre 2000 y 2020 se estima que se invirtieron 3.700 millones de dólares en la red de subte (sin contar la inversión en repotenciación, señalización y estacionamientos), lo que equivale al 22% de la inversión total en transporte en el AMBA durante ese periodo. La inversión se intensificó especialmente a partir de 2013, lo que también se refleja en el aumento del número de pasajeros”, se detalla.

Este informe del Banco Mundial también concluye que el subte “fue el único transporte público que experimentó un aumento relativamente constante en los últimos veinte años antes de la pandemia”. Habla de un 35% más de pasajeros que en el año 2000.

El informe fue divulgado por Federico Poore, periodista especializado en temas urbanos (Magíster en Economía Urbana – UTDT), y analizó al respecto: “La mayor afluencia de pasajeros se da en las líneas B y D, que en 2019 transportaban 104 millones de pasajeros cada una. “Están entre las líneas más largas, pasan por barrios de mayores ingresos [en especial la D] y concentran una alta densidad de empleos en sus inmediaciones. Pero ojo: en la década anterior a la pandemia, el mayor crecimiento en el número de pasajeros se dio “en las líneas que cruzan barrios de ingresos bajos y mixtos”, es decir, la A, la E y la recién inaugurada línea H”.

“La línea H “fue la primera en conectar las zonas más vulnerables del sur de la ciudad con el barrio más rico del norte”. La llegada del subte más ciertas políticas de uso del suelo contribuyeron a una densificación del corredor”, sumó.

También analizó el tema de la tarifa, en base a lo reportado por el Banco Mundial: “El subsidio para subtes (y para los colectivos del AMBA, ya que estamos) asciende a USD 0,48 por viaje. Buenos Aires tiene uno de los transportes más asequibles del mundo, pero el recupero de costos te la debo. Una forma de recuperar costos es aumentar el pasaje, claro. Pero otra -más en este contexto- es que más personas usen el subte. Con costos operativos similares, una mayor masa crítica permite amortizar más la inversión. (No significa viajar como sardinas: hoy está subutilizado)”.

 

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