El primer semestre de Horacio Rodríguez Larreta como jefe de Gobierno porteño

El alcalde de la ciudad de Buenos Aires, que se desempeñó como jefe de Gabinete durante los dos mandatos de Mauricio Macri al frente de GCBA, analizó el comienzo de su gestión. Qué dice la oposición.

Contacto directo con los vecinos y obras relevantes mediante sociedades público-privadas. Si algo define la impronta que Horacio Rodríguez Larreta le dio en los primeros seis meses a su mandato, es justamente la cercanía con la problemática de los barrios y el visto bueno a la llegada de inversiones externas para el desarrollo de lugares concurridos de la ciudad.

En esa nómina se inscriben las concesiones del centro de convenciones y de la plaza Houssay, ambos en Recoleta, o la venta del predio donde hoy funciona el Tiro Federal, en Núñez. Proyectos que la oposición acusa de ser privatizaciones (ver aparte) aunque, curiosamente, en la Legislatura los votaron junto con el macrismo.

Rodríguez Larreta asumió como jefe de gobierno luego de haber sido jefe de gabinete de Mauricio Macri durante ocho años. La transición, no obstante, lo sorprendió con algunos ministerios “vaciados” de funcionarios que habían sido convocados para los equipos de la Presidencia de la Nación y de la gobernación bonaerense.

Frente a este escenario, tuvo que construir de cero áreas como Desarrollo Social, Educación, Espacio Público y Desarrollo Económico, entre otras. Directores y funcionarios de rangos medios fueron recambiados. Los equipos se terminaron de formar hace tres meses y, mientras tanto, Larreta exigió como si el engranaje de gestión estuviese aceitado. En realidad no lo estaba: hubo tensión y estrés por sobrecarga de trabajo, según confiaron varias fuentes.

Acaso el mayor hito en estos primeros seis meses del larretismo fue el traspaso de la Policía Federal a manos de la Ciudad. El Gobierno le cedió el manejo de una fuerza y, si bien en el aspecto legal se concretó hace pocos días, Larreta tuvo desde principios de año un diálogo más fluido con los federales. Por primera vez se logró que fueran parte de operativos para mover a los manteros de zonas neurálgicas de Caballito (Acoyte y Rivadavia) y de Flores (Avellaneda y Nazca).

En el plan de cercanía con los vecinos, Larreta se ocupó de aumentar las caminatas por los barrios y de armar reuniones grupales, incluso con mayor frecuencia que cuando estaba en campaña. Hoy participa de entre dos y tres charlas por semana, con una asistencia de 300 personas en promedio. Estas reuniones también las tienen que realizar los funcionarios de primera línea; hasta deben rendir cuenta de ello. Son parte, por ejemplo, de la agenda diaria del vicejefe de gobierno, Diego Santilli.

Además, Larreta contesta preguntas por Facebook y, una vez por semana, los viernes, desayuna con un vecino. Visitó casas en Once, Flores, San Cristóbal, Villa Devoto, Barracas, Villa Crespo, Parque Chacabuco, San Nicolás, Villa Riachuelo, Constitución, Nueva Pompeya y Parque Chacabuco, según fuentes oficiales. Las rutinas están organizadas por dos colaboradores de confianza y son parte de la estrategia de “proximidad”.

Otra modalidad de acercamiento es el timbreo: todos los funcionarios tienen la orden de hacerlo, de hablar con los vecinos y de preguntar aspectos relevantes para sus áreas. Hay 1300 empleados involucrados.

En cuanto a los avances de capitales privados, con el acompañamiento del Frente para la Victoria, la Coalición Cívica, parte del socialismo, Suma+, el Frente Renovador y Confianza Pública, el oficialismo consiguió en la Legislatura porteña el respaldo para la creación de un nuevo polo gastronómico, comercial y cultural bajo la plaza Houssay. Se hará mediante inversores privados que tendrán la concesión del espacio durante 30 años.

El proyecto contempla la construcción de locales y espacios de encuentro para los vecinos y los 170.000 estudiantes que transitan por esa zona de Recoleta rodeada de facultades.

En la misma línea, el gobierno porteño logró el jueves pasado aval legislativo para construir en el predio donde hoy funciona el Tiro Federal un complejo habitacional para estudiantes, instalaciones científicas y una torre privada. El desarrollo se completaría con un espacio verde de acceso público que llegaría hasta la Costanera Norte. El proceso será encarado por la Agencia de Bienes del Estado, que administrará los predios fiscales. Vecinos y organizaciones sociales se opusieron a la creación de la Agencia de Bienes bajo el lema “Buenos Aires no se vende”.

Hay más: el nuevo centro de convenciones, en Recoleta, cuya construcción fue financiada con dinero público, será cedido a un privado por 15 años. También el popular Edificio del Plata, en Carlos Pellegrini y Sarmiento, fue subastado en abril pasado en US$ 68.114.000. Allí funcionaban varias dependencias del gobierno porteño y fue adquirido por Eduardo Elsztain, presidente del Banco Hipotecario.

La opinión de dirigentes de la oposición

Legisladores y dirigentes por fuera del macrismo analizaron algunos aspectos del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Federico Saravia, presidente del Consejo Económico y Social porteño y hombre de confianza de Martín Lousteau, aseguró: “El todo puede ser más que la suma de las partes. A seis meses del inicio de la gestión, ¿se ha atendido siempre al todo, a la mejora de la calidad de vida de la comunidad? El caso del Centro de Convenciones es ilustrativo: el Estado invirtió una importante suma de dinero, pero será concesionado a un privado para su administración. ¿Los concesionarios gestionarán para el bienestar de la comunidad? ¿Se beneficiará al todo o a las partes?”.

Sergio Abrevaya, presidente del GEN en la Capital (aliado de Margarita Stolbizer), dijo que “fueron seis meses con el sello de los traspasos en el haber: el de la policía, que se demuestra con mayor presencia y coordinación en la calle, y el del juego; aguardan el puerto, la Justicia y el Registro de la Propiedad Inmueble. Y en el debe figuran iniciativas como la venta de bienes públicos por medio de una agencia para el desarrollo del norte de la ciudad, saturado en densidad, lo que amplía el desequilibrio Norte-Sur”.

José Cruz Campagnoli, legislador por Nuevo Encuentro-FPV, opinó que “Rodríguez Larreta no muestra signos de ruptura con los aspectos más preocupantes de la gestión de Macri; continúa con el sistema de relaciones carnales entre el Estado y empresas privadas. Por otro lado, la decisión positiva de traspasar la Policía Federal termina convirtiéndose en un hecho teñido de oscurantismo por la falta de información que rodea el proceso”. No obstante, el diputado apoyó la concesión a un privado del Centro de Exposiciones.

El legislador Carlos Tomada (FPV) aseguró: “Es difícil caracterizar la gestión de Rodríguez Larreta, porque no se ve. No la ven los trabajadores de los hospitales públicos, que atraviesan una crisis inédita. No la ven nuestros jóvenes, que cuando salen a divertirse no se sienten protegidos por el Estado. Desde la Legislatura, vemos que se agudizó la tendencia al endeudamiento y a la venta de patrimonio público para favorecer negocios privados, sin una planificación urbana acorde con los graves problemas de desequilibrio social y territorial que tiene la ciudad”.

Para el diputado Gabriel Fucks (FPV), “Larreta se mostró ejecutivo al pedir a la Legislatura el traspaso de 20.000 agentes de la Federal. Luego se embrolló en la puesta en práctica de políticas de seguridad, ya con los efectivos a su disposición. Los desafíos planteados a partir de los sucesos en Time Warp lo mostraron sin reacción a la crisis del sistema de control”.

Fuente: Diario La Nación

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