El Polo Obrero reconoce que sus miembros hacen un “aporte voluntario” del 2% para sostener la organización
La agrupación piquetera desmintió “cobros compulsivos” y denunció una campaña en su contra por parte de “diferentes sectores del poder económico y político”.
El Polo Obrero, integrante del bloque Unidad Piquetera que protagoniza los reiterados cortes de calle en la Ciudad de Buenos Aires, respondió a denuncias sobre clientelismo y aseguró que sus integrantes hacen un “aporte voluntario” del 2% para sostener la organización.
“En el marco del plan de lucha de la unidad piquetera que enfrenta el ajuste del gobierno y el FMI, diferentes sectores del poder económico y político han salido hacer una campaña repleta de mentiras, tergiversaciones y manipulaciones que tiene el objetivo de desprestigiar la lucha piquetera por trabajo, contra el hambre y la pobreza. La base de este ataque es sostener que existen cobros compulsivos en el Polo Obrero para alimentar “cajas” políticas”, introdujeron en un comunicado que lleva la firma de la Mesa Nacional del Polo Obrero.
“Lo que en realidad ocurre es que las organizaciones de los desocupados organizan y defienden un financiamiento autómomo para las necesidades de la lucha y de los barrios. El movimiento piquetero sostiene, sin apoyo del Estado, miles de comedores populares en todo el país. Para eso es necesario, como cualquiera sabe, tener un lugar donde hacer la olla popular y por lo tanto pagar alquileres, comprar una garrafa, pagar los fletes para trasladar los alimentos que el Estado no entrega en la puerta de cada comedor si no en un depósito central. Gastos que debiera financiar el Estado pero que terminan financiando las familias que concurren a los comedores. Además, el movimiento piquetero sostiene medidas de lucha y campañas nacionales de lucha por trabajo genuino y todos los reclamos de los barrios”, añaden.
“En función de este objetivos, en el Polo Obrero, las asambleas votan un aporte voluntario del 2% de los ingresos. En las asambleas del Polo, se rinde cuentas sistemáticamente sobre los ingresos y gastos y se aprueba colectivamente el destino de los recursos que son de todas y todos los compañeros. El Polo Obrero financia su actuación del mismo modo que un club, que una sociedad de fomento, un sindicato o cualquier otra organización popular. Con la diferencia que, por ejemplo, los sindicatos producen descuento obligatorio por planillas, cosa que ninguna organización social puede ni debe hacer. No es cierto que sea compulsivo porque el Polo Obrero no da bajas. Duele a los dueños del poder que los trabajadores desocupados se organicen de manera autónoma, con métodos de democracia asamblearia y con delegados revocables. Lo contrario del punterismo al cual desafiamos desde hace más de veinte años”, describen sobre la dinámica.
“Atacar este sostenimiento es pretender el cierre de miles de comedores populares y propiciar prácticamente la disolución de las organizaciones que los sostienen. Es un objetivo que sería totalmente funcional al ajuste del gobierno, pactado con la oposición y el FMI. El Polo obrero junto con más de 35 organizaciones lleva adelante un plan de lucha precisamente por el trabajo genuino que no existe, pero además lucha por los comedores populares porque hoy lamentablemente siguen siendo una necesidad popular. En lugar de colocar el dedo acusador en el Estado responsable de la pobreza, las empresas periodísticas que emprenden esta campaña se alinean con los funcionarios del gobierno que atacan a las organizaciones que luchamos contra el hambre la pobreza y por trabajo genuino”, concluyen.