El juez Rafecas identificó que una casa de Floresta se usó como centro clandestino de detención en dictadura

Está en Bacacay al 3500, cerca de Automotores Orletti.

El juez federal Daniel Rafecas identificó que la casa ubicada en Bacacay 3570, en el barrio de Floresta (Comuna 10), fue utilizado como centro clandestino de detención a cargo de la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) durante 1976, en la última dictadura militar que se vivió en Argentina.

Esta casa está en la misma manzana de Automotores Orletti, otro centro clandestino de detención. Ambos lugares fueron operados por la SIDE, consigna la periodista Luciana Bertoia, especializada en Derechos Humanos y quien informó sobre el anuncio de Rafecas.

“La referencia a la casa de Bacacay 3570 surge en los documentos desclasificados por Estados Unidos. Allí se consigna que el inmueble fue alquilado para operaciones oficiales de la SIDE y que allí actuó la banda de Aníbal Gordon”.

El lugar habría funcionado como centro clandestino de tortura y detención al menos en 1976. Quienes compraron la casa en 1977 dijeron que habían encontrado zapatos de mujer en el sótano, lo que es compatible con distintos testimonios que figuran en la causa, agregó la cronista.

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación informa sobre Automotores Orletti: “Este antiguo taller de automotores y vivienda familiar de dos plantas fue alquilado y acondicionado por agentes de la SIDE para instalar el centro clandestino que funcionó como base principal, en la Argentina, de la llamada Operación Cóndor: el pacto criminal mediante el cual los aparatos represivos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay organizaron su accionar ilegal y coordinaron el secuestro, intercambio, desaparición y asesinato de militantes populares y líderes políticos entre los países de la región”.

“Se estima que en “ Automotores Orletti” – llamado “El Jardín” por los represores – estuvieron secuestrados alrededor de 300 ciudadanos uruguayos, chilenos, bolivianos, paraguayos, cubanos y argentinos. La mayoría continúan desaparecidos. Como contracara de lo que fue el Plan Cóndor, hoy el espacio recibe e intercambia experiencias con organizaciones sindicales, políticas y de Derechos Humanos de los distintos países de Latinoamérica”.