El Coleccionista de Boca: “Me apasiona contar la historia de las grandes alegrías”

Pablo trabaja en publicidad pero desde hace décadas junta recortes, revistas, objetos y camisetas. Muchos los adquiere de exfutbolistas y exdirigentes.

Por Juan Manuel Castro

“Boca es una pasión y coleccionar sobre Boca duplica esa pasión; tengo la pasión de una pasión”. Así se define Pablo, el Coleccionista de Boca. Lo que desde los años setenta junta en su hogar lo replica en redes sociales, a modo de museo virtual (Facebook e Instagram). En horas laborales se dedica a la publicidad, más tarde se convierte en un sabueso de inconseguibles, en un puntilloso de llenar el rompecabezas sobre un fenómeno con más de 100 años en la vida deportiva mundial.

“La historia hay que cuidarla”, señala. “Disfruto en redes de compartir todo el material que colecciono, lo que dispara en otras personas que lo ven. Siempre mi intención fue contar historias por medio de los objetos. También que las nuevas generaciones descubran la historia de Boca, eso es lo que más me gusta. Me apasiona contar la historia de los triunfos, de las grandes alegrías”.

“Por mi trabajo, me apasiona el arte y el diseño. Hay objetos enchapados, alcancías, autitos, los clásicos muñequitos de torta, hay cosas increíbles con una calidad que hoy no se ve”, dice y reconoce que el comienzo de su colección estuvo en la gráfica: “Mis primeros recuerdos vienen de periódicos. Mi papá no es hincha de Boca, me hice de Boca por la hinchada, por lo que veías en la tele en los setenta”.

“Esos primeros recortes que juntaba a fines de los setenta los iba guardando hasta que un día hice una carpeta. Pasé de los partidos a seguir campañas, de tener tapas de Boca campeón (la primera fue de 1976) de El Gráfico a tener la colección completa encuadernada. Lo de las carpetas lo habré hecho entre el 81 hasta el 96. Del papel derivé en otros mundos como las figuritas, las camisetas”.

Pablo ha recorrido kilómetros y kilómetros por su pasión. En la Ciudad de Buenos Aires, en el interior. Cuando hay un dato, él lo sigue. “Es un trabajo de arqueología, encontrar la marca que hizo un juguete o la editorial que imprimió una partida de figuritas”. Con la experiencia se aprende a identificar las épocas: “El tema de las estrellas en el emblema de Boca es algo único, que no tienen otros clubes. No por campeonatos, te ayuda a datar los años de los objetos. Boca en general fue muy respetuoso de estrellas que ha tenido hasta los ochentas”.

“De alguna forma te convertís en un curador y conservador de objetos amados por otras personas”, señala Pablo y agrega: “Te metés en todo tipo de lugares, y también tratás con un montón de personas, muchos ex jugadores, sus familias, ex autoridades del club. Sentís el amor que tienen por Boca. Tengo mucho respeto. Por eso, para mí conlleva una gran responsabilidad. Me siento un cuidador temporal de estas cosas, el día de mañana o las heredará mi hijo o irá a algún otro lado”.

También, el coleccionismo toca una fibra personal: “Desde el 95 en adelante es todo muy vivido de forma muy presente. Voy a la cancha y guardo las entradas y los volantes. Estoy al tanto del presente del club. Para coleccionar y buscar me gusta mucho lo que no viví porque no había nacido hasta abarcar mi época más feliz que fue mi adolescencia, en los setenta”.

Pablo piensa en compilar parte de su colección mediante un libro, pero señala que la respuesta que encontró en las redes sociales lo llena de plenitud: “Siempre mi intención fue contar historias por medio de los objetos. También que las nuevas generaciones descubran la historia de Boca, eso es lo que más me gusta, ya que hubo grandes alegrías y no todo es como en el presente. Esperando que la historia reciente cambie, la pasada es para enamorarse cada día más”.

Pablo dice que es “apasionante encontrar otros coleccionistas” para poner en común el trabajo de años y compartir el sentimiento. También se alegra de no ser el único interesado en que el club recupere su historia: “Se dio un paso importante de tener una Subcomisión de Historia. Es gente de primera, se hace de abajo. Estamos tratando entre todos de recomponer la historia, porque, pese a lo que se piensa, Boca tiene pocas cosas en el club, se llevaron mucho; faltan memorias y balances de algunos años, algo que está en la mayoría de los clubes”.

En el presente, Pablo está en busca de un incunable: “Me gustaría conseguir el diario El Argentino del 13 de abril de 1905 que mencionan a Boca por primera vez”.

Mientras da con su objetivo, disfruta de la experiencia cotidiana al “sentir y vivir el amor que un montón de gente tiene por Boca” y deja plasmado un deseo a futuro: “Ojalá que algún día Boca tenga un museo en serio”.