El 10 de diciembre comienza el futuro

Los candidatos presidenciales se encaminan a la contienda electoral del 22 de noviembre, en un inédito balotaje. Más allá de las campañas de un lado y de otro, de los relatos mediáticos y de las voces oficialistas y opositoras, lo que propongo debemos evaluar es qué equipos, con qué valores y con que objetivos será gobernada la Argentina desde el 10 de Diciembre.

A pesar de que muchos conocen mi preferencia personal por Daniel Scioli, lo que deseo en esta oportunidad es poder sembrar consciencia y hacer un llamado a la reflexión.

Quienes quieren y quienes no acuerdan con la conducción actual de Cristina Fernández de Kirchner deben saber que el 10 de diciembre habrá un cambio de Gobierno, sea cual fuese el resultado.

En este sentido, no discutimos pasado sino futuro, y debemos analizar a fondo cuáles son las posturas concretas, históricas y actuales, de cada candidato en cada uno de los temas. Y también, qué hizo cada uno cuando le tocó gestionar, bajo qué principios y prioridades. Entiendo, además, que quienes tenemos algún tipo de participación pública debemos adoptar posturas claras. En particular, he tenido muchas diferencias con la gestión económica que desarrolló el gobierno kirchnerista. La política monetaria y de comercio exterior fueron manejadas de un modo con el que estoy en desacuerdo, y han generado, a mi entender, entre otras cosas inflación, de la que he hablado decididamente en contra desde este espacio.

Pero también aprendí en estos años que no se puede dejar todo liberado al mercado, porque si el Estado adopta una postura imparcial, juega a favor del núcleo más poderoso y en desmedro de una mayoría que es el real motor del país. Considero que es importante atender la voz de los distintos sectores que componen la economía. Las organizaciones que nuclean a trabajadores, comerciantes e industriales, se han mostrado en alerta ante el desenlace y las consecuencias que pueda tener esta elección. La próxima columna será ya con un nuevo presidente en el país, ungido en elecciones libres y en un país que quiere seguir progresando.

Debemos celebrar, ante todo, el imperio y la salud de nuestra democracia.