Detuvieron a dos policías de la Ciudad por el crimen de un matrimonio en Parque Avellaneda

Son dos agentes de la comisaría 9C que, se sospecha, se aprovecharon de la confianza para robar y matar a la pareja.

Dos agentes de la Policía de la Ciudad fueron detenidos por orden del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°63, a cargo de la jueza Vanesa Peluffoa, cusados por el crimen del matrimonio compuesto por Antonio Chirico (71) y María Delia Speranza (63) el 11 de junio en su casa del barrio porteño de Parque Avellaneda (Comuna 9).

Los investigadores sospechan que la pareja de efectivos de la fuerza local asesinaron al matrimonio de vecinos para robarles, aprovechando la confianza que les tenían porque patrullaban la zona.

El crimen ocurrió en Eugenio Garzón 3587, Parque Avellaneda, y los policías detenidos son dos oficiales, una mujer y un hombre, de la comisaría vecinal 9C, que además son pareja. Tras una investigación de la fiscal Estela Andrades y de la División Homicidios de la Policía Federal Argentina, ambos agentes de la Ciudad fueron detenidos este lunes, acusados del doble homicidio del matrimonio.

Fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño dijeron que desde el inicio de la investigación colaboraron para poner a los imputados a disposición de la jueza y para allanar la comisaría 9C, donde trabajaban los acusados.

Las fuentes también informaron que ambos sospechosos fueron pasados a disponibilidad y que se les abrió un sumario administrativo.

Los policías acusados eran indagados este martes por la jueza Peluffo. Los acusa de “robo y homicidio criminis causae”, es decir, matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad, en este caso el robo. Esta calificación legal prevé una pena de prisión perpetua.

Los policías sospechados de matar al matrimonio prestaban servicio en la comisaría que cubre la misma jurisdicción en la que ocurrió el crimen. Mientras, se investiga si conocían a las víctimas y si por esa razón se aprovecharon de la confianza que les tenían, para entrar a robarles y matarlos.

Uno de los investigadores reveló a la agencia Télam que la clave para conectar a la pareja de agentes con la causa es una denuncia por el robo de 300.000 pesos y su arma reglamentaria que hizo la mujer policía en una comisaría de la Comuna 7.

La oficial afirmó que el mismo día del crimen, el 11 de junio pasado, iba en su auto cuando de atrás la chocó un Volkswagen Gol y por delante la encerró un Renault Duster y que de cada auto bajó un delincuente armado.

Según esa denuncia, los ladrones le robaron unos 300.000 pesos en efectivo y su pistola calibre .9 milímetros reglamentaria, con la cual ella afirmó haber hecho dos disparos, la misma cantidad de tiros con los que mataron al matrimonio Chirico.

“No hubo ni un testigo de ese asalto (a la policía), nadie que escuchara esos dos balazos y tampoco encontramos un video que constate que ese robo existió”, dijo a Télam uno de los investigadores.

Los detectives de la Policía Federal realizaron, además, un rastreo de la ubicación de los sospechosos a través de las antenas de celular que captaron sus movimientos y descubrieron que el día y a la hora del crimen estaban en la zona de la casa del matrimonio.

La jueza ordenó secuestrar los teléfonos de los imputados para que sean peritados con el fin de analizar sus llamadas entrantes y salientes, y sus mensajes en redes sociales.

También les incautaron sus pistolas provistas por la Policía de la Ciudad, aunque en el caso de la oficial, el arma que tenía en la actualidad es una que le dieron tras su denuncia por el robo de la anterior: la que se sospecha que fue usada en el crimen del matrimonio.

De todas maneras, ambas pistolas serán peritadas, ya que Chirico y Speranza fueron ejecutados de un balazo en la cabeza cada uno con un arma calibre .9 milímetros y las dos vainas servidas fueron halladas en el lugar. Para matarlos usaron un almohadón como silenciador.

La principal hipótesis de los investigadores es el doble crimen fue durante un robo de dinero, ya que todos los ambientes de la casa de la pareja estaban revueltos.

Con información de Télam

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