Declararon Monumento Histórico Nacional a tres palacios de agua en Caballito, San Cristóbal y Villa Devoto

También se declara bien de interés industrial nacional a la Primera Torre de Toma, ubicada en el Río de la Plata.

El presidente de la Nación declaró, mediante el Decreto 520/2022, como Monumento Histórico Nacional a tres palacios de agua ubicados en los barrios porteños de Caballito (Comuna 6), San Cristóbal (Comuna 3) y Villa Devoto (Comuna 11).

Esta medida se tomó ante una propuesta de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos (Ministerio de Cultura de la Nación).

“Hoy estos gigantes casi dormidos forman parte inseparable del patrimonio cultural de los argentinos y ejemplos excluyentes del desarrollo alcanzado por la industria de las grandes estructuras de hierro a fines del siglo XIX y principios del siglo XX y, por sobremanera, de la envergadura que alcanzó la acción de los ingenieros argentinos que integraron reparticiones de salubridad del Estado, como Obras Sanitarias de la Nación y sus antecesoras”, fundamenta el Decreto.

Asimismo, la distinción alcanza al Depósito sito en las calles Beauchef Nros. 619/659, Avenida Pedro Goyena Nº 455, Avenida José María MORENO Nros. 520/558 y Valle Nros. 414/486. También al Depósito Villa Devoto sito en la Avenida Francisco Beiró N° 4150 y las calles Gualeguaychú Nº 3251, Mercedes Nº 3350 y José Pedro VARELA Nº 4151. Se suma el depósito “Ingeniero Paitoví” sito en la Avenida Entre Ríos Nros. 1429/1441/1461 y las calles Constitución Nros. 1820/1832/1840/1850, Combate de los Pozos Nros. 1440/1450/1460 y Pavón Nros. 1811/1831/1861.

El Decreto también declara bien de interés industrial nacional a la Primera Torre de Toma, ubicada en el Río de la Plata (Referencias geográficas: 34° 32’30.7” S, 58° 25’58.3” O).

Los fundamentos de la medida hacen un repaso sobre la historia de estos inmuebles y las política públicas vinculadas: “El crecimiento demográfico y edilicio de la Ciudad de Buenos Aires superaba en los primeros años del siglo XX todas las previsiones de saneamiento posibles, y para una ciudad que recibía importantes contingentes migratorios y construía grandes edificios en altura, el Depósito Del Palacio De Las Aguas Corrientes de la Avenida Córdoba no era suficiente. Era necesario complementar y ampliar su acción con otros depósitos de gravitación ubicados en zonas topográficamente más elevadas que pudieran abastecer sin problemas a las nuevas generaciones de rascacielos que iban poblando la ciudad”.

“Para ello en el año 1908 la Dirección General De Obras De Salubridad De La Nación formuló un plan de abastecimiento que contemplaba la provisión de agua potable para 6.000.000 de habitantes, y comprendía la construcción de grandes depósitos de reserva en zonas con cotas de 38 metros ubicados en barrios periféricos de la Ciudad de Buenos Aires, junto con otras importantes obras, como una nueva planta purificadora en Palermo, que reemplazaría a la de Recoleta. Los depósitos seguían el diseño general del edificio de la Avenida Córdoba, una gran estructura metálica interior con 12 tanques de reserva de 4 metros de altura y 6000 metros cúbicos de capacidad, en 3 niveles, sostenidos por una malla de columnas de hierro que también soportaban el armazón de la cubierta de chapas onduladas en la parte central y las mansardas y cúpulas de pizarras perimetrales”.

“El Depósito Caballito fue habilitado el 25 de octubre de 1915 y sobre su funcionamiento vale la pena señalar que las cañerías de agua filtrada llegaban a los tanques desde las bombas impelentes del Establecimiento Palermo, con un largo de 10 kilómetros. La construcción del Depósito Villa Devoto fue terminada a fines del año 1916 cuando restaban construir la casilla del guardián, las oficinas, los cercos, veredas, etc., que fueron terminados junto con la habilitación total del depósito el 1° de diciembre de 1917. El Depósito “Ingeniero Paitoví” o Depósito Constitución, como suele conocerse, fue proyectado por Obras Sanitarias De La Nación”.

“Sus obras se iniciaron en el año 1948 durante el primer gobierno del General Juan Domingo Perón, fue inaugurado 9 años después por el gobierno de facto que lo derrocó, en el año 1957, y se trató del último eslabón de un largo camino. Externamente, en la segunda posguerra, la arquitectura oficial presentaba otras vertientes estilísticas y dentro de ellas la de un neoacademicismo lavado, que tiene en el Depósito Constitución un exponente de valor. Su funcionamiento es pleno y hoy constituye una pieza vital dentro del sistema histórico y actual de provisión de agua de la ciudad y, desde luego, un testimonio clave de su magnífico patrimonio industrial”.

“Una presencia histórica en el paisaje ribereño sobre la Costanera Norte han sido las torres de toma en el Río De La Plata, encargadas de captar el agua para su posterior potabilización, distribución y consumo. Que el 4 de abril de 1869 la Ciudad de Buenos Aires se había convertido en la primera ciudad de América en contar con instalaciones de filtros para agua purificada; aquel primitivo sistema, proyectado por el ingeniero John Coghlan, no contó con una torre de toma. La construcción de la antigua Torre De Toma en el Río De La Plata llegó años después, con un nuevo proyecto de provisión de agua, cloacas y desagües pluviales encargado al ingeniero John F. Bateman. Este sistema, mucho más amplio que el anterior, fue aprobado por el Gobierno en el año 1872 y dentro de sus componentes se encontraba la ejecución de una Torre De Toma ubicada a Ochocientos Cincuenta (850) metros de la ribera, frente al entonces pueblo de Belgrano, sobre la corriente llamada de “El Capitán”.

“El agua que se captaba del Río De La Plata era llevada por un túnel de toma hasta la planta de Recoleta, enclave que se proyectaba ampliar y modernizar, luego llegaba a depósitos de asiento en los que se alojaban las materias en suspensión, para luego pasar a los filtros debajo de los cuales se asentaría una cámara de reserva, y desde allí era distribuida a la ciudad por medio de máquinas impelentes ubicadas en una casa de máquinas, de mayores dimensiones y capacidad que la proyectada por COGHLAN años atrás. Con la utilización de la electricidad en las maquinarias de provisión de agua, los grandes depósitos de gravitación fueron perdiendo protagonismo en su uso, quedaron como complemento del sistema directo de impulsión, o bien, desafectados como el de Avenida Córdoba”, concluye.

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