Declararon de Interés Cultural para la Ciudad a la cadena de librerías El Ateneo por sus 110 años

El Ateneo Grand Splendid es uno de sus hitos.

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires declaró de Interés Cultural para la Ciudad a la librería El Ateneo por sus 110 años de historiad.

El acto se llevó a cabo en la Biblioteca Esteban Echeverría y contó con la presencia del legislador y autor del proyecto Juan Pablo Arenaza (Vamos Juntos), los responsables de Comunicación y Marketing del Grupo Ilhsa Melina Dorfman y Hugo Cayssials.

Durante el acto, Dorfman relató la historia de El Ateneo y en cómo varias figuras de la cultura popular pasaron por la librería como Jorge Luis Borges, María Elena Walsh, John Katzenbach, Ray Bradbury.

Este 2022, la cadena de librerías El Ateneo cumple 110 años en la Ciudad de Buenos Aires. El primer local se inauguró en 1912, en pleno centro porteño, en la calle Victoria 653 -hoy Hipólito Yrigoyen-, entre Perú y Chacabuco. Y fue fundada por el inmigrante español Pedro García, que también incluyó desde un principio su propia editorial.

Un resumen parlamentario menciona que en 1917 el local se mudó a Florida 371 y en 1932 se abrió otra sucursal en Avenida Córdoba 2099, frente a la Facultad de Medicina, donde ofrecía un importante catálogo de esa especialidad. Años más tarde El Ateneo de la calle Florida se trasladó al tradicional edificio de Florida 340, de cuatro plantas, donde continúa hasta hoy y cuenta incluso con un auditorio con capacidad para 130 personas y una cafetería.

Se destaca que los habitués de la librería fueron Manuel Mujica Láinez, Jorge Luis Borges, Eduardo Mallea, Horacio Quiroga, Victoria Ocampo, Julián Centeya, Conrado Nalé Roxlo, Leopoldo Marechal, Martha Lynch, Ezequiel Martínez Estrada, Roberto Giusti, María Elena Walsh, Juan Filloy y Héctor A. Murena, entre otros.

En 1998, Grupo Ilhsa -también dueños de la cadena de librerías Yenny- adquirió la firma y dos años más tarde sumó “El Ateneo Grand Splendid”, en Avenida Santa Fe 1860, conservando la estructura del viejo cine teatro Grand Splendid. Con una cafetería ubicada en el antiguo escenario, sillones y palcos para sentarse a hojear los libros sin obligación de compra.

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