Desarrollo, madre de todas las soluciones

Después de muchos años de crecimiento, ya sea por viento de cola o por mérito de la política económica del Gobierno, la clave está en pensar qué necesita la Ciudad y el país para los años venideros.

En un año electoral, donde las candidaturas y los nombres propios suelen ponerse por delante de los proyectos (sobre todo para los medios de comunicación), desde este humilde espacio nos proponemos abordar una temática que, entre tantas, debería ser protagonista en la discusión pública a la hora de elegir quiénes y con qué ideas conducirán los desgnos, tanto de la ciudad de Buenos Aires, como a nivel nacional.

Después de muchos años de crecimiento, ya sea por viento de cola, por mérito de la política económica del Gobierno o, según creo yo, por el esfuerzo de todos, la clave está en pensar qué necesita la Ciudad y el país para los años venideros.

Y así como desde aquí una vez se dijo que la inflación es la madre de todos los problemas, el Desarrollo -sostenemos- es la madre de todas las soluciones. Desarrollo humano, social, cultural y político. Y en el aspecto económico, del que la mayoría de las veces dependen los demás elementos, es necesario, por empezar, repensar a fondo -o mejor, dede cero- el sistema financiero e impositivo que nos va a permitir ser, justamente, desarrollados.

Estimular el crédito para las pymes, que son el principal motor de la economía. Ayudar a los comerciantes a crecer, y no cavarles una fosa en materia de deudas a la hora de cobrar intereses, o pedir tantos requisitos que terminan fomentando el negocio de la usura y lo informal.

Por otra parte, el empleo en blanco debe ser estimulado mediante beneficios impositivos. Hoy tener un empleado representa un costo adicional equivalente al 50% del salario en mano que recibe el trabajador. En definitiva, ése también es un impuesto al trabajo, pareciera que más tabú que el de Ganancias.

Los nuevos emprendimientos, los nuevos emprendedores y las nuevas industrias sostenibles también deben ser centrales a la hora de diseñar políticas económicas ¿Por qué? Porque generan empleo y desarrollo.

Es por ello que, en esa Argentina que tantos soñamos, será necesario coordinar, desde el Estado y de un modo virtuoso, los roles del sistema financiero, de los sindicatos y de las empresas, de modo de lograr la verdadera alianza úgl, que es la de fijar una agenda de objetivos comunes para la felicidad del conjunto.

La fe, el optimismo y la esperanza son fundamentales a la hora de proyectar colectivamente el desarrollo de una sociedad, porque mirar al futuro con expectativas positivas es empezar a hacer realidad los sueños.