Cafés del mundo, espacios para la cultura y la bohemia
Alrededor del mundo, los cafés siempre han sido un espacio de reunión para artistas y pensadores. Cada uno, referente de su ciudad, otorga un cálido alojamiento al caminante que quiera sentare a tomar algo y contemplar la calle. En materia de cafés, la Ciudad de Buenos Aires nada tiene que envidiar al resto del mundo
(CABA) En las principales avenidas de las ciudades señaladas como destinos turísticos, ineludiblemente, un café, bistró, cafetería (su nombre varía de acuerdo a la zona geográfica) abre sus puertas a cualquiera que desee no hacer nada mientras mira a la gente pasar, leer, dar un vistazo al periódico local, jugar ajedrez. El aura intelectual que poseen los hacen el lugar idóneo para que actividades culturales tengan espacio, tengan voz. Son un referente para evocar a grandes artistas, grandes personajes.
Obras literarias de gran envergadura han sido gestadas entre sus paredes, incluso políticos han ideado estrategias para que tal o cual tendencia sea aceptada por el pueblo. Los cafés son un estigma que Europa siempre ha llevado consigo, desde las guerras más famosas hasta importantes festivales de cine. Su historia los hacen ser una opción más en el quehacer turístico. Son, como siempre, un referente de las ciudades. Su naturaleza los convierten en clubes sin necesidad de membresía, en cuna de las pláticas más acaloradas entre viejos que aún defienden las ideas más añejas que el mismo sol.