Avanza la restauración integral de la Pirámide de Mayo para que luzca como hace 100 años
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño emplazará las cuatro históricas estatuas que estuvieron hasta 1912.
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires avanza en la restauración de la Pirámide de Mayo. Esta puesta en valor suma que el histórico monumento volverá a tener en su entorno cuatro estatuas (La Navegación, La Industria, La Geografía y La Astronomía) que formaron parte del monumento hasta 1912, hace más de un siglo, y que desde hacía años se encontraban emplazadas en la Plazoleta San Francisco, ubicada en Defensa y Alsina.
La limpieza y restauración de las esculturas de mármol la realiza un equipo interdisciplinario que trabaja en el obrador instalado en Plaza de Mayo (Comuna 1), informa una comunicación oficial porteña. Además, se explica que los restauradores buscan recuperar la esencia de la primera Pirámide, con sus colores y mampostería.
Los trabajos incluyen la eliminación de vegetación invasiva en torno a la Pirámide de Mayo, la reparación del solado de la Plazoleta San Francisco y la intervención y recuperación de las placas de bronce conmemorativas.
La Pirámide de Mayo es el primer monumento nacional y fue construido en 1811 para conmemorar el primer aniversario de la Revolución de Mayo y rendir homenaje a los primeros héroes de la Patria. Habiendo atravesado por sucesivas intervenciones y modificaciones -incluyendo su traslado – es una de las pocas construcciones de comienzos del siglo XIX que perdura en Buenos Aires. Es uno de los puntos de encuentro más emblemático de la Argentina y la plaza más antigua e importante de la Ciudad.
Como en toda restauración, para abordar la recuperación de la Pirámide de Mayo se conformó un equipo multidisciplinario, integrado por dos planteles específicos, uno para la Pirámide y otro para las esculturas, coordinados por la restauradora Marta Zaffora y el arquitecto Miguel Crespo, respectivamente.
Las cuatro esculturas talladas en mármol blanco fueron trasladadas a la Plaza y se las restaura como paso previo a su recolocación en el basamento de la Pirámide, detallan fuentes porteñas. Las obras presentan una serie de deterioros por el vandalismo. Le faltan varias partes como dedos o narices. Hay manchas de pintura sintética y leyendas escritas con marcador e incisiones.
“Si bien la Pirámide pasó anteriormente por procesos de restauración, se encontraba muy desmejorada. En parte por la degradación de los materiales y en parte por el tipo de trabajos realizados y los materiales empleados, que contribuyeron al desgaste de la mampostería original”, explican desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público.
La sucesión de revoques de cemento, enduidos y pintura aplicados unos sobre otros había alcanzado espesores de hasta 10 centímetros en las partes planas: “La acumulación de capas de pintura en los relieves los había llevado a un grado de alteración por el que casi no se los reconocía como tales”.
En el proceso de restauración de la Pirámide de Mayo participa la Escuela Taller del Casco Histórico, que depende de la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Lo hace a través de los equipos de trabajo de las obras que están bajo la coordinación de Marta Zaffora, discípula de la mencionada Escuela. La participación involucró a algunos ex alumnos de la Escuela y a los maestros de Yesería, Casimiro Sejas, y de Ornamentación, Alberto González.