Apagón y alerta en el sector cultural por las nuevas tarifas

Centros culturales y teatros se las rebuscan ante los nuevos costos. Este sábado habrá un corte de luz simbólico organizado por Cultura Unida. El teatro La Nave, el primero en cerrar. La Legislatura pide crear el “Subsidio a la Tarifa Eléctrica de Establecimientos Culturales”. El ministerio porteño de Cultura no evalúa aplicar medidas en el corto plazo. Están abiertos los llamados para anotar salas en Proteatro.

“La vida de artista es así, hay que remar”, dice Gaby Martínez, productora de espectáculos y referente del centro cultural Colmao de Arte. “Ahora tenemos más descuentos para atraer público, los arreglos del lugar los hacemos nosotros. Tenés que ser inquieto en estos tiempos”, agrega. Ella y muchos artistas de Buenos Aires coinciden en que “estos tiempos”, tras los aumentos de tarifas, se hacen cuesta arriba para la cultura porteña. Tanto que en la Legislatura tramitan apoyos para que a los espacios culturales, clubes y empresas recuperadas no los ahogue el nuevo cuadro tarifario de luz, agua y gas.

Los primeros meses se pagan con ahorros

Cuando el Ministerio de Energía y Minería de la Nación avaló los nuevos cuadros tarifarios (Resolución 7/2016 para EDENOR y EDESUR; Resoluciones 28/2016 y 31/2016 para AYSA y ENARGAS) las finanzas de todos los días en los hogares porteños cambiaron. Los datos oficiales estiman alzas entre un 200 y un 500 por ciento.

Al llegar las primeras boletas a los teatros de Buenos Aires se disparó el alerta. Algunas salas de calle Corrientes pasaron de diez mil a setenta mil pesos por mes, como pasó con el Paseo La Plaza. La boleta de El Nacional se fue de 15 mil a más de 90 mil.

No sólo en este circuito de teatro comercial llegaron boletas de cinco cifras. La escena off o alternativa también vio los nuevos costos con especial peligro. Los aumentos en la tarifa de agua llegan “al 50 por ciento del salario de sus trabajadores”, exponen en el Teatro La Carpintería para contextualizar los nuevos costos. Los primeros meses se han pagado con ahorros, a la espera de ver la evolución del público, aunque en muchas salas aseguran que bajó en forma creciente la concurrencia, según expone la Asociación Argentina de Teatro Independiente (ARTEI), entidad que reúne a 90 salas porteñas.

“Apagamos las luces para encender la emergencia”

Cultura Unida, organización de aglutina distintos espacios de arte, informó que este sábado 21 de mayo los espacios culturales, teatros independientes, clubes de música, peñas y milongas apagarán “sus luces durante un minuto para encender la emergencia cultural”. Con las subas, hay riesgo latente de cierre en muchos sitios culturales, afirman.

Además, le pedirán   al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta “un fondo de emergencia urgente para palear estos aumentos y que se trabaje en la implementación de una tarifa nacional diferenciada para todo el sector cultural”.

“Somos espacios que se sostienen por su esfuerzo y que necesitan de políticas de estado que promuevan, fortalezcan y protejan el trabajo nacional y artístico, cuidando no solo las fuentes laborales sino también el derecho a la cultura”, dijeron y agregaron: “A pesar de nuestros reclamos desde hace ya más de dos meses, la respuesta por parte del Estado Nacional en relación a una política pública que proteja nuestros espacios es nula. A este atropello se le suma la política de persecución y clausuras constantes que vivimos los espacios culturales de la Ciudad de Buenos Aires”.

La voz oficial y llamados de Proteatro

Ante este panorama, referentes de salas porteñas intentaron tomar diálogo con autoridades del ministerio de Cultura de la Ciudad, aunque no hubo definiciones categóricas. Ante la consulta del matutino porteño Tiempo, voceros del ministro Darío Lopérfido dijeron: “Los aumentos vienen de Nación y son para todo el mundo. No tenemos mucho para decir”.

En este contexto, se torna vital el apoyo de Proteatro (Instituto para la Protección y Fomento de la Actividad Teatral No Oficial de la Ciudad). Al cierre de esta edición, había difundo el listado de subsidios a Salas Teatrales, Grupos Estables, Eventuales y de Teatro Comunitario otorgados hasta el momento de 2016 por su Directorio. Hay tres llamados para salas: el primero venció en marzo, el segundo va del 06 al 29 de junio y el tercero del 01 al 10 de agosto.

“La gente recorta primero en cultura”

En Villa Urquiza la sala más importante es el Teatro 25 de Mayo. Es parte del circuito de salas públicas que dependen del Ministerio de Cultura de la Ciudad. Sin embargo, el barrio tiene una rica vida de centros culturales y gestores culturales.

Flor Rojas es vecina del barrio e integra este último grupo. Organiza ciclos de música e ilustración en centros culturales como El Emergente y La Vecindad. Hace notar que en el último tiempo los artistas lucharon para que se les pague por sus presentaciones, también los viáticos. Asegura que “esta nueva situación reordena los costos, y no tiene que ser una variable la retribución a quienes ponen su arte”.

También destaca la organización de los espacios de arte que se logró en el último tiempo. “De las dificultades se sale con los centros culturales abiertos, con los artistas en escena”, agrega.

En Colmao de Arte (Triunvirato 4388) también están expectantes. Sus hacedores son la productora de espectáculos Gaby Martínez y el guitarrista Héctor Romero. Ambos en su especialidad tienen veinte años de trayectoria. Hoy están al frente de esta casa de arte que ofrece talleres para chicos y grandes. Hay propuestas como acrobacia, comedia musical, teatro, historieta flamenco, neoclásico. También realizan veladas mensuales con música en vivo.

Allí también llegaron las nuevas boletas de servicios. Martínez dice que la apuesta del lugar fue reordenar gastos internos. “La gente lo primero que recorta son gastos en cultura, está a la expectativa de ver qué pasa”, dice.

“Hay que tener ojo. Ahora tenemos una cuponera, ofrecemos promociones. Es prueba y error. Hay que ser inquieto en estos tiempos”, agrega la productora de espectáculos.

“Antes pagábamos a alguien por hacer volanteo, ahora lo hacemos nosotros. Antes pautábamos en páginas o medios, ahora no. Da prestigio, pero vimos que es mejor salir nosotros a buscar la gente”, dice y suma: “Arreglamos a cero este lugar, pero aun faltan cosas. Vemos de hacer arreglos, lo que es posible, con nuestras manos, todo para bajar costos”.

“Es increíble pensar que hay personas que trabajan toda la semana, pero no pueden llegar con la plata a fin de mes como para costear un taller cultural que sea su cable a tierra”, reflexiona, pero cierra con optimismo: “Hay que mirar para adelante, porque si te lamentás no ganás nada. Eso sí, no hay que perder la conciencia de lo que está pasando”.

“Estábamos con los volantes en la mano cuando supimos que la sala cerró”

El otro cincuenta por ciento del proyecto Colmao de Arte es el guitarrista Héctor Romero. Muchos vecinos recuerdan sus participaciones en ciclos televisivos de Gerardo Sofovich. Es un entendido en flamenco y ritmos criollos. Además de ser pilar del centro cultural y dar allí talleres, también tiene proyectos en otras salas. Una de ellas es la extinta La Nave, de Lavalle y Bulnes, que bajó su persiana a fines de abril por los aumentos en la luz, gas y agua.

“Fue de un momento a otro. Fue duro”, dice Romero, quien iba a integrar el electo de la versión local de la obra La Casa de Bernarda Alba (Federico García Lorca). “Estábamos con los volantes de la obra en la mano cuando supimos que cerraban. Éramos casi una veintena de personas en el electo. Uno tiene otros proyectos, pero no deja de ser una mala sensación saber que un espacio de teatro tiene que cerrar”, agrega.

El teatro La Nave, ubicado en el solar donde funcionó una histórica sala de la zona, Puerta Roja, abrió su sede en los últimos tiempos sólo para hacer mercado de pulgas y vender equipos, consolas y mobiliario. “Estuvimos a flote por gran esfuerzo de mucha gente, gracias muchas gracias. Y que la cultura encuentre otros caminos, pero que siga el teatro. En la calle, las veredas, las escuelas, que siga en la vida, y sobre todo en esta parte del mundo que tan lindas cosas se hacen”, fue la despedida de sus hacedores.

El “Fondo Metropolitano” como respuesta en la Legislatura

Los representantes porteños alcanzaron un hito importante a fines de 2014 cuando sancionaron la ley de centros culturales, para regular su funcionamiento y evitar clausuras por limbos legales de habilitación. Ahora, ante el panorama de las boletas con cinco cifras por servicios básicos, en Perú 160 están otra vez al tanto de las novedades. Una de las respuestas fue un proyecto de ley para ampliar el “Fondo Metropolitano de la Cultura, las Artes y las Ciencias” y crear la Línea de Subsidio a la “Tarifa Eléctrica de Establecimientos Culturales” (expediente 1133).

Incluiría salas teatrales no oficiales, espacios teatrales no convencionales y espacios teatrales de experimentación, teatros comunitarios, clubes de música en vivo, salones de milonga y peña folclórica y centros culturales. La norma aclara que sería retroactiva a fines de 2015. “La prestación monetaria en todos los casos será un equivalente al porcentaje que resulte del producto entre las cantidades consumidas en el período por el precio diferencial del Kw y Kwh, considerando como precios base a los establecidos en la tarifa comercial al 1° de diciembre de 2015. En algunos casos a este monto se le adicionará un monto fijo”, expone el artículo séptimo sobre consumo.

Para fundamentar esta norma, el texto explica: “Si bien en todas las áreas comerciales existe un impacto por los aumentos en el caso de la cultura es importante remarcar algunas cuestiones fundamentales como; la alta cantidad de asistentes y la utilización de diversos artefactos eléctricos y de iluminación, durante su funcionamiento, hace que el consumo de los servicios públicos en esos lugares sea muy alto. Por esta razón podemos decir que dentro del ámbito de los espectáculos públicos estos espacios son los que más riesgo corren con el aumento de luz y los futuros aumentos de los otros servicios”.

“La permanencia de estas actividades y espacios no es sólo una responsabilidad de quienes llevan adelante la tarea si no que, según estipula la Constitución de nuestra Ciudad, debe ser un objetivo de las políticas públicas culturales. Sin lugar a dudas estos lugares cumplen un rol fundamental como espacio pero además construyen el acervo cultural de la CABA ejemplo de vanguardia de creación latinoamericana”, concluyen los fundamentos de este apoyo para salas porteñas.

También en clubes y empresas recuperadas

En los clubes de barrio también hay malestar y alerta por los nuevos costos. Como una respuesta ante esta situación, el legislador por ECO, Roy Cortina, presentó un texto parlamentario para que el estado porteño cubra al menos el cincuenta por ciento de las boletas de luz, gas y agua en clubes porteños para evitar que las instituciones sociales y deportivas vean afectada su continuidad. El apoyo es hasta que se haga efectivo “el acceso a la tarifa social básica de servicios públicos  para los clubes de barrio prevista en la ley nacional 27.098”, según el representante local.

En paralelo, otra iniciativa (expediente 1110-D-2016) apunta a cooperativas de trabajo, empresas recuperadas por los trabajadores, y organizaciones inscriptas en el Registro de Unidades Productivas Solidarias (RUPS). Se les dará una prestación monetaria “a fin de compensar los aumentos en los servicios” de electricidad, gas natural y agua corriente”. El Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano, o quien este designe, “determinará la prestación monetaria a abonar, tomando como valor de base el resultante de calcular el cincuenta por ciento (50%) del diferencial entre la factura de cada mes y su equivalente del año 2015”.

El club de Luna de Avellaneda, en peligro por la suba de la luz

La realidad puede superar a la ficción. En la sede de Juventud Unida de Lavallol, la entidad social donde se filmó la película argentina dirigida por Juan José Campanella y protagonizada por Ricardo Darín, los directivos expresaron su preocupación y manifestaron que esperan “no tener que cerrar” a raíz del aumento en la tarifa eléctrica, según dijo la tesorera Liliana Reboredo.

“Lo paradójico e indignante es que, de hecho, bajamos el consumo: invertimos no sólo en bombitas de bajo consumo sino también en la colocación de vidrios para aprovechar la luz del día”, contó la dirigente al portal Minuto Uno.

Por ejemplo, los chicos dejaron de hacer actividades de noche, para no gastar. En el club se practica básquet, fútbol, patín y otros deportes.

Por el momento, no hay dinero para afrontar el gasto, que no será extraordinario sino que se repetirá a lo largo de todo el año. “En unos días va a llegar el aviso de corte (de luz). Es nuestro mayor miedo. Encima en cualquier momento llega la bomba de mayo”, dijo Reboredo.

El valor del servicio se triplicó en relación a diciembre: pasó de $2.924 a $8.713, una suba del 298 por ciento.

En el film Luna de Avellaneda, protagonizado por Ricardo Darín, la institución que vivió tiempos de esplendor, se ve inmersa en una crisis económica que acarrea otros problemas, como el deterioro de sus instalaciones y una enorme deuda de impuestos con el municipio. La única salida que le ofrecen a los socios es venderlo e instalar allí un casino.

 

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