Ante casos de vandalismo, familiares piden una Ley para cuidar obras y murales del santuario de Cromañón

Se trata de una plazoleta ubicada en la calle Mitre, entre Ecuador y Jean Jaurés, frente al inmueble donde funcionó el boliche incendiado el 30 de diciembre de 2004, por el cual murieron 194 personas.

Integrantes del Movimiento Cromañón presentaron un proyecto de ley para que la Legislatura porteña declare de “Interés Social y Cultural de la Ciudad a las obras y murales realizados en el santuario ubicado en la calle Bartolomé Mitre entre Jean Jaurés y Ecuador, en Balvanera (Comuna 3).

La Tragedia de Cromañón se produjo el 30 de diciembre de 2004. Por el incendio del boliche murieron 194 personas y hubo más de 700 heridos. Al poco tiempo del siniestro, de forma autónoma familiares y sobrevivientes cerraron la calle Mitre y empezaron a dejar ofrendas en recuerdo de las víctimas. Tiempo después el lugar se oficializó como Plaza de las Ánimas y hubo reformas urbanas para permitir el paso del transporte público.

En la actualidad hay murales con los nombres de los muertos, también piezas pictóricas y hasta esculturas alegóricas. Más allá de su importancia, estos objetos suelen ser blanco de ataques vandálicos. El último caso ocurrió el 9 de junio, cuando fue dañada una obra realizada por el artista Julio césar Báez, según releva un proyecto de declaración de la legisladora Marta Martínez (Autodeterminación y Libertad).

Por su parte, Movimiento Cromañón es una entidad de familiares y sobrevivientes que además impulsa hace años un proyecto para expropiar el inmueble de Mitre 3060 para convertirlo en un sitio de Memoria. La semana pasada, por primera vez, tuvo tratamiento parlamentario, en la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura porteña.

En la defensa del proyecto, desde el Movimiento Cromañón señalan: “Para mantener viva nuestra lucha de memoria, verdad y justicia y a través del arte dejar sentada en la memoria colectiva nuestra lucha resulta primordial declarar de interés esta serie de murales y obras”.

Sobre la importancia de este santuario, aseguran: “El arte como herramienta de transformación ha sido siempre en sí mismo un modo de accionar que construye su propio discurso y pone de manifiesto un sentir y un pensar el mundo, efectiviza nuestra limitación como seres humanos y al mismo tiempo la necesidad de hacer algo con ello. El arte dice de nosotres como sujetos de una cultura que estamos construyendo: es la evidencia de que existimos”.

En cuanto a la historia del mismo: “Desde esta convicción es que durante estos casi 16 años familiares y sobrevivientes de la masacre se han procurado cuidar tanto el Santuario como el continuo territorial que integra el boliche y el paseo ubicado paralelo a la calle
Bartolomé Mitre entre Jean Jaurés y Ecuador. Distintas expresiones artísticas comenzaron a resignificar la zona durante los últimos años y en particular durante el año 2020 como resultado de una convocatoria a artistas realizada por el Movimiento Cromañón”.

En cuanto a hechos recientes: “Es de suma relevancia destacar que dos de estas obras fueron violentadas: durante el año 2020 la escultura realizada en cemento y hierro, por parte del artista Julio César Mesías, fue destruida a mazazos; de ella se logró recuperar únicamente la mariposa realizada íntegramente en hierro. Durante el mes de abril del corriente año (2021), los murales realizados por el artista Javier Quintana sobre las paredes linderas al ferrocarril Sarmiento, sobre la calle Bartolomé Mitre (Ver: “Mirando siempre al frente sin olvidar nuestra historia”) fueron quitados sin previo aviso. Al día de la fecha dichos murales han sido restaurados y se encuentran en su lugar, cumpliendo su función de memorialización, gracias a los reclamos pertinentes y la comunicación fehaciente con el área de Arte y Cultura de la Línea Sarmiento de Ferrocarriles Argentinos”.