Abrió una votación para darle nombre a calles y espacios públicos de la Villa 31
El Gobierno porteño impulsa la consulta vecinal, que fue coordinada entre funcionarios y delegados barriales.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires continúa con el concurso para ponerle nombre a 65 calles (22 horizontales, 10 verticales y 33 pasajes) y a 23 espacios públicos de la Villa 31, en el marco de la urbanización de este asentamiento del barrio de Retiro (Comuna 1). Hay tiempo hasta el lunes a las 18.
Luego de reuniones entre autoridades porteñas de la secretaría de Integración Social y Urbana con consejeros, delegados y referentes deportivos y culturales del barrio, se eligieron estas categorías para los futuros nombres: pueblos de América Latina, personas importantes para el barrio, pueblos originarios y fechas significativas para el barrio.
De este modo, Ciudad instaló tres urnas en el Portal (Av. Gendarmería Nacional y Calle 4), el CeDEL (Manzana 109, San Martín) y El Galpón (Calle Comercial y Bajoautopista).
“El año pasado comenzamos a trabajar juntos en la escritura del dictamen del barrio. El camino continúa a través de encuentros y asambleas, donde entre todos estamos avanzando en la redacción y pensando cómo será la integración definitiva del barrio con la Ciudad. Pensar en el futuro del barrio, también es pensar en su identidad y eso incluye los nombres de las calles y los espacios públicos”, señalaron fuentes oficiales.
La urbanización de la Villa 31 avanza con 25 obras en ejecución y 17 ya terminadas, las cuales cuentan con financiamiento del Banco Mundial. “El proceso de transformar la villa en barrio implica la realización de un montón de obras de infraestructura para que todo el mundo tenga las mismas posibilidades, pero que también tenga las mismas responsabilidades: que haya calles pavimentadas, cloacas, agua potable, electricidad, pero que la gente pague por esos servicios, y que también pague por la tierra”, sostuvo a La Prensa Diego Fernández, secretario de Integración Social y Urbana, que dirige los trabajocs de urbanización desde que comenzaron en diciembre de 2015.
“La gente va a tener que regularizar la tenencia de la tierra, que hoy pertenece al Estado nacional. Primero debemos transferirla a la Ciudad, a través de una ley, para darle a la gente la propiedad contra el pago del terreno. Eso es igualar oportunidades: que la gente tenga una dirección formal y la mismas posibilidades de educación y de acceso a la salud, la cultura y el deporte, pero que también tenga las mismas responsabilidades con respecto al pago de servicios y de propiedades”, añadió.
“A fin de 2018 vamos a tener hecha toda la infraestructura: cloacas, desagües pluviales, agua potable, pavimentación, iluminación pública y tendido de servicios. Lo que nos va a quedar para el año que viene es terminar de enterrar los cables. Para marzo o abril, el paisaje va a cambiar radicalmente”, subrayó.
Se eliminarán 1.100 viviendas que se levantan debajo de la Autopista Illia. “Estamos buscando minimizar el traslado de personas. Pero el bajo autopista es inviable. Es un sótano en altura: no hay luz, no hay aire, no hay condiciones de habitabilidad”, dijo el funcionario.
“Este barrio se creó en la informalidad durante más de 80 años. El Estado viene a poner límites, y tenés que empezar a negociarlos. Hay tensión, pero la gente reconoce el trabajo. Todavía no hay una fecha para que sea, finalmente, un barrio. En 2020 vamos a tener el grueso de las obras hechas, pero el proceso de transformación, que es social, va a tomar mucho más tiempo”, concluyó Fernández.