24 de marzo de 1976: recuerdos en primera persona de un día histórico

Durante la marcha por los 40 años del último golpe de Estado, personalidades de los DDHH y la cultura hablaron con Pura Ciudad sobre aquella jornada. El escritor Alfredo Luis Fernández compiló testimonios para “entender que la historia se construye desde lo cotidiano”. 

Este jueves 24 de marzo se cumplieron 40 años del inicio del último golpe de Estado. En Plaza de Mayo se realizó un acto donde participaron organismos de Derechos Humanos, militantes sociales y políticos. Decenas de miles de personas marcharon desde el Congreso hasta el frente de Casa de Gobierno.

Desde el escenario, ubicado al pie de la Pirámide de Mayo donde marchan Madres y Abuelas, se leyó el documento oficial de la jornada: se reivindicaron logros en DDHH obtenidos años anteriores, hubo alerta por la lentitud del Poder Judicial en causas de Lesa Humanidad y los organismos pidieron la renuncia del Ministro de Cultura de la Ciudad, Darío Lopérfido, por cuestionar el número oficial de detenidos-desaparecidos.

Previo a la lectura del documento, desde el escenario se escucharon testimonios sobre cómo varias personas habían vivido la jornada del 24 de marzo de 1976. Bajo esta consigna, Pura Ciudad habló con referentes de los DDHH y de la cultura.

Jorge Robledo Puch, el famoso “Maratonista de Cristina Kirchner”, estaba presente en la plaza durante el acto por los 40 años. Lucía la remera de “La Carrera de Miguel”, maratón-recuerdo a un deportista desaparecido. Ante este medio recordó estar presente la madrugada del 24 de marzo del 76, rato antes del golpe: “Éramos pocas personas, había silencio, veníamos de mucha angustia y no sabíamos cómo iban a seguir las cosas”.

El recuerdo siguiente de Jorge está en su casa de aquel entonces, en Núñez: “Ya era de mañana, estaba al lado de la radio, escuchando todas las novedades. Después fue todo difícil: recuerdo estar entrenando, corriendo en la plaza, darme vuelta y ver que me seguía un auto a velocidad mínima. A mí me conocían, pero la sensación de que te están mirando todo el tiempo es horrible”.

Puch evoca que vivió dos plazas previas a golpes de Estado: “También estuve en el 55, cuando los militares la bombardearon. Es desde ese día que cuando escucho el paso de helicópteros me agito. Vivo a diez cuadras de Campo de Mayo, así que date una idea de las veces que revivo esos momentos”.

El humorista gráfico Miguel Rep estuvo al pie de la Pirámide de Mayo durante la lectura del documento oficial. Una vez terminado el acto contó a este medio: “Me quedé mirando a la gente. Veo que están presentes, que hay memoria. Se vio en la gran convocatoria”.

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Al respecto de cómo recuerda aquel 24 de marzo, el dibujante de Página 12 cuenta una sencilla pero contundente anécdota: “Yo era chico (tenía 15 años), me acuerdo de ir a la panadería cerca de casa y ver pasar a un hombre con un diario que en la tapa decía “Nuevo Gobierno”. Esa escena es la que inicia todos los recuerdos míos de la dictadura”.
Mayor edad tenía aquel marzo su colega José Massaroli, quien dibujaba para la extinta revista Columba; hacía historietas guionadas por Héctor Oesterheld, célebre creador de El Eternauta y detenido-desaparecido. “En ese tiempo vivía a cuadras de la Plaza de Mayo, en una pensión de Belgrano y Tacuarí. Recuerdo salir a la calle el 24 y ver por la 9 de Julio el pase de tanques y soldados”.

Esa pintura rígida y desolada se complementó con vivencias posteriores. Un poco con humor, recuerda una historia que vivió y da cuenta del ritmo de vida durante los años de plomo: “Volvía de mi casa natal, en Ramallo, me bajo del tren y en el bolso llevaba unos libros, uno de ellos de yoga. Me para en la calle un soldado, joven, y me revisa. Al ver el libro de yoga me pregunta para qué lo quiero, le digo “para ejercitar el cuerpo”, desconfiado él responde: “¿No será para aguantártela más? Increíble que hayan estado desconfiando a ese nivel”.

Noemí Noguera, Abuela de Plaza de Mayo y abuela de Juan Cabandié, estuvo en el escenario principal durante el acto. Al terminar el acto, dijo a Pura Ciudad que la jornada la dejó llena de entusiasmo, sobre todo “por la participación joven”. “Muchos toman las banderas de la memoria, la verdad y la justicia y lo hacen con mucha efusividad, no lo hubiéramos pensado en aquel 24 de marzo cuando empezó la peor dictadura”.

Entre la marea humana se podían ver a personas levantar carteles con las fotos de familiares y amigos de detenidos-desaparecidos. Es el caso de Miriam, Alicia y Silvia, familiares de Eduardo Testa, Norma Masuyama y Adriana Gatti Casal, “ejecutados en su domicilio el 8 de abril de 1977 en Nazca y Nueva York”, tal como reza la pancarta que lucieron durante la jornada y cierra con un pedido de “cárcel a los responsables y cómplices”.

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Al respecto de sus recuerdos sobre el día 24, las tres mujeres coinciden en que no es la fecha que más las marcó, más bien “quedó como una fecha icónica, pero que se ve en retrospectiva como el comienzo de muchas cosas terribles”.
El día que se convirtió en libro

Alfredo Luis Fernández, escritor y ex secretario de Salud de Lomas de Zamora, contactó vía Facebook a varias personas para que le contaran cómo habían vivido aquel día. El resultado es la novela “24-3-76. Historias de un día”, editado por Colihue.

A metros del Cabildo, sobre la vereda de Avenida de Mayo, había un puesto donde se podía adquirir esta publicación. El periodista Cristian Alarcón prologó al respecto: “Despega hacia lo universal, pasa por lo pequeño y se deja estar en zonas intimas, iluminando con un haz personal a oscuridad inminente”.

El escritor Fernández reflexionó a Infojus sobre la novela: “Me parece un gran desafío tener registro de lo cotidiano, de lo que le sucede a las personas más allá de la importancia histórica del día, porque creo que es una manera de desandar la distancia y entender que la historia se construye desde lo cotidiano”.

“La reacción de las personas para contar sus historias fue diversa —indicaron los editores de Fernández, presentes en la marcha—. Hubo gente que habló al instante, pero otra que tardó en largarse. Una vez que lo hizo contó un montón de cosas: sobre el 24 de marzo de 1976 y cómo sus vidas cambiaron desde esa fecha”.

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